Uno de estos dÃas al presidente le reventará una hernia
Una pregunta: ¿los presidentes de clubes españoles, que se sientan juntos en los partidos, son unos caballeros que dan un ejemplo de convivencia, o unos hipócritas que quieren asegurarse unos minutos de televisión?
El del sábado fue un maravilloso partido de ´Úú³Ù²ú´Ç±ô, debido principalmente a las pésimas defensas de ambos equipos, que permitieron el lucimiento de los goleadores. Emoción, eso es el ´Úú³Ù²ú´Ç±ô.
Uno de estos dÃas, en un partido tan agitado como el del Camp Nou, un presidente sufrirá un ataque, un derrame biliar, reventará una hernia.
Lo mismo con el del domingo. El mismo resultado, 3-3, la misma emoción, con el equipo local empatando al finalizar el partido, los mismos errores defensivos.
Los sentimientos también se desbocaron en Milán, donde el Inter venció 2 a 1 al AC Milan, un partido con mucha tirria, por el regreso de Ronaldo, que marcó el gol del Milan y se burló de los aficionados interistas.
En Londres y Milán, sin embargo, no se vio el exhibicionismo masoquista del palco en Barcelona. Cabe preguntarse si no es hora de condenar esa ridÃcula costumbre de los presidentes que se sientan juntos, con la expresividad de los muertos, controlando sus reacciones para no ofender al homólogo.
Un marcador de 3 a 3, con el agregado de la exhibición de los porteros, refleja necesariamente la incompetencia del juego defensivo. Y no se equivoquen, que esto es lo mejor que le puede pasar al ´Úú³Ù²ú´Ç±ô. Las malas defensas deberÃan ser incluidas en la lista de regalos de los Reyes Magos.
Bueno, todas esas emociones en 90 minutos, y Joan Laporta y Ramón Calderón se creen en la obligación de soportarlas con cara de piedra, codo a codo y en el mismo palco. No son buenos actores y se les nota, porque ponen mala cara incluso ante una buena noticia, aunque de repente se les escapa lo que piensan, en forma de sonrisa irónica.
(El gesto que acompaña al esfuerzo para suprimir un alarido de placer suele ser de dolor. Sospecho que Laporta siempre llega tarde a su asiento, al comenzar el segundo tiempo, para desahogarse en los pasillos internos.)
Los presidentes o directores generales de los clubes ingleses no tienen tanta presencia mediática, y prefieren sentarse con amigos, para disfrutar a sus anchas. La televisión los muestra de vez en cuando, en particular si se trata de un personaje tan rico como Roman Abramovich, pero muchos de ellos no son reconocidos por los televidentes.
En España, en cambio, les conocen hasta el remolino del pelo. El sábado me dio pena verlos. Gol del Real Madrid, y Calderón, su presidente, pone cara de estreñido. Gol del Barça, y Laporta parece pedir perdón.
Por supuesto que la intención declarada, detrás de esto, es digna de encomio: los presidentes quieren dar un ejemplo de tolerancia, en un ámbito en el que las pasiones han desencadenado muchas escenas grotescas.
Nuestro colega Daniel MartÃnez nos dice desde Milán que los presidentes italianos mantienen su distancia. Algunos de ellos, como Galliani, del Milan, son famosos por la pasión que ponen en sus reacciones. Ayer, Galliani estuvo acompañado por el propietario, Silvio Berlusconi. En otro palco, Massimo Moratti, el propietario del Inter, también era libre de expresarse, y lo aprovechó para hacerle un corte de manga al ingrato Ronaldo.
MartÃnez prefiere la forma española, porque no inflama las pasiones de la multitud.
El problema es que también se desnaturaliza la reacción natural ante un espectáculo, que es el desahogo. La escena parece muchas veces forzada, dando la impresión de que no tiene que ver con la cordialidad, sino con la ±è´Ç±ôóپ±³¦²¹.
Esta costumbre de compartir el mismo palco, como jefes de Estado en un desfile, los traiciona: realmente se creen importantes. En cualquier momento se verán en el balcón, bendiciendo a la multitud.
Y reiteramos la pregunta: ¿caballeros o hipócritas?
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Creo que, como unos buenos amigos, se puede celebrar el triunfo de nuestro equipo, aunque tu amigo sea justo del contrario.
Aca en Venezuela, en las gradas de un estadio de beisbol, los de un equipo se sientan al lado del otro (mezcladÃsimos) y cuando anota su equipo se burla del otro y viceversa ( es parte del disfrute). Antes, unos diez años atrás habÃan peleas en las gradas, pero hoy ya no es asÃ. Es algo que se sufre y disfruta con respeto y tolerancia, con una gran sonrisa en el rostro; ir al estadio en definitiva es muy grato.
Un presidente, desde el humano que es, podrÃa, con un amigo -el otro presidente- bromearle y divertirse, desde el respeto y ese serÃa, realmente, el gran ejemplo. Concuerdo en lo ridiculo y falso que resulta que despues de un gol y siendo hincha no lo celebres. Esto, no solo NO es ejemplo para nadie, es una falta de respeto para todos los que vemos acciones falsas. Bueno, de todos modos queda la duda de si los presidentes son el mismo tipo de humano que somos el resto.
Cuesta trabajo imaginarse siquiera ver un Barsa/Real Madrid como el del otro dia y no poder o no querer festejar. El futbol, en esas circunstancias, es lo mejor para el desahogo. Ya tenemos bastante de partidos aburridos y resueltos a las patadas
Yo creo que ese senor Martinez, del articulo, tiene razon. Estoy cansado de la violencia y del mal ejemplo que dan ciertos dirigentes.
Coincido con gustavo fuentes aca en venezuela en el beisbol es completamente normal que 2 aficiones esten mezcladas y disfruten del juego sin ningun problema, no hay que separar a la aficion en 2 partes ni nada de eso. Y coincido tambien con el autor al ver que ridiculos se ven los presidentes disimular que no les emociona un gol. Deberian sentarse separados por unos asientos y ya... o no los enfoquen y listo, enfoquen a la gente que si se disfruta su partido sin problemas ni complejos
En ´Úú³Ù²ú´Ç±ô lo que vale es el grito sagrado de GOOOOOOOOL. La triste actitud de seriedad que muestran los 2 presidentes da risa. Hacen un gol y ellos es como si estuvieran viendo un desfile militar. Cada uno deberÃa tener su palco a no menos de 20 metros del otro. Mejor aún en la tribuna de enfrente. Ni siquiera pueden festejar o gritar una jugada personal. No haber gritado los goles de Messi es traición a la patria...Dejen la hipocresÃa..sepárense..griten como lo hago yo desde mi casa por TV.