Inglaterra depende de una machada de los israelÃes
El deporte, por su naturaleza, ofrece una marcha accidentada: los aficionados pasan de la alegrÃa a la depresión en un abrir y cerrar de ojos. Y la rueda gira y gira.
Especialmente si son ingleses.
Los aficionados ingleses al rugby, que hasta hace unos dÃas estaban con el ánimo por el suelo tras varios años de mediocridad, que culminó con el 36-0 encajado ante Sudáfrica en el mundial, ahora están felices por y confÃan en un digno papel ante el mismo rival.
Los aficionados ingleses al ´Úú³Ù²ú´Ç±ô, que hace unos dÃas desbordaban confianza, ahora están convencidos de que el equipo nacional no se clasificará para la Eurocopa 2008. Pero este cambio de humor no deberÃa sorprender, porque es cÃclico: el ´Úú³Ù²ú´Ç±ô inglés depara a los aficionados tantos cambios de dirección como una montaña rusa.
Y rusa ha sido la sorpresa que se llevaron : fieles a esta costumbre de los cambios súbitos, Inglaterra ganaba a Rusia 1 a 0, con gran comodidad, pero de repente encajó dos goles. Adiós esperanzas.
La autopsia del cadáver comenzó un segundo después del silbato final.
En realidad, no todo está perdido: en el , que clasifica a dos, Inglaterra, que ha jugado un partido más que sus rivales inmediatos, está segunda, tres puntos detrás de Croacia y dos por delante de Rusia.
La clasificación inglesa depende de Rusia. Si el equipo de Guus Hiddink puede ganarle a Israel en Tel Aviv, el mes que viene, los ingleses se arrojarán al rÃo, porque el último partido de Rusia, en Moscú, será ante Andorra, un adversario que ha perdido los 10 partidos disputados, con 39 goles en contra y apenas 2 a favor.
El próximo partido de Inglaterra (el último de la campaña) será ante Croacia, cuya clasificación quedarÃa asegurada el mes que viene, si empata o gana a la antigua República Yugoslava de Macedonia.
De modo que los ingleses están rogando por una machada de los israelÃes. Salvo la derrota, no hay peor sensación para un deportista que depender de otros para seguir en competición.
La situación es increÃble. Inglaterra, novena en , sufre para clasificar en un grupo relativamente fácil, donde solamente
Croacia (10) figura entre los primeros 25 del escalafón.
(Rusia es 26, Israel 33, Macedonia 67, Estonia 127, Andorra 169. El orden de los equipos en el grupo refleja su ubicación en el ranking, salvo Inglaterra, que deberÃa ser primera pero puede terminar tercera.)
Por supuesto que todos los equipos de deportes colectivos atraviesan altibajos, pero en Inglaterra suelen ser más marcados, más abruptos, más rápidos, con mayor desgarramiento de los aficionados.
Los ingleses han tomado el revés de Moscú con la acostumbrada combinación de sentimientos: algunos resignados, otros reclamando la sangre del entrenador y los jugadores, otros culpando al árbitro español Luis Medina Cantalejo, que cobró un penal ruso inexistente, porque Rooney cometió falta fuera del área.
También se quejan, y con razón, de la superficie artificial en que se jugó el partido. Se trata de un plástico especial, llamado FieldTurf, muy elogiado por los fabricantes y sus vendedores, por supuesto.
Los rusos, que han jugado y entrenado varias veces en esa superficie, acentuaron su ventaja regando copiosamente el campo antes del partido, para hacerlo más pesado y difÃcil para los ingleses.
De modo que los ingleses tienen un par de buenas excusas: el error de Medina Cantalejo y una superficie poco conocida, en la que algunos jugadores dieron la sensación de temer lesionarse.
Algunos comentaristas admiten que esto no justifica la complacencia. Que sÃ, que los rusos no fueron leales y que el árbitro se equivocó, pero estamos hablando de una campaña de doce partidos, dicen, y en todo caso los rusos podrÃan alegar que Rooney estaba offside cuando convirtió el gol inglés.
Lo cierto es que el equipo no está a la altura de lo que puede exigir el orgullo inglés, particularmente en un puesto tan vital como la porterÃa: Paul Robinson volvió a equivocarse en el segundo gol, una nueva torpeza en una larga lista.
Casi todos dan por terminada la campaña y también la permanencia del .
El nombre que más suena para reemplazarlo es el de José Mourinho (11-2 en las apuestas en William Hill). Luego están Luiz Felipe Scolari (6-1), Guus Hiddink (7-1), Sam Allardyce (8-1) y Arsene Wenger (8-1).
Scolari, actual entrenador de Portugal, rechazó el puesto el año pasado; Hiddink acaba de extender su contrato con Rusia, Sam Allardyce aspiró al cargo de McClaren y debió conformarse con Newcastle United, mientras que Wenger siempre ha dicho que todavÃa tiene mucho que hacer en el Arsenal.
Los ingleses necesitan una satisfacción gorda, lo antes posible. El domingo, tal vez, ante Sudáfrica, en ParÃs. Hasta los fanáticos del rugby admiten que será muy difÃcil conservar la corona mundial ganada en Australia.
Pero la esperanza brilla en algunas miradas, lo vemos en la calle, en el pub, en la oficina.
Este es el fenómeno que justifica al deporte profesional.
ComentariosAñada su comentario
La esperanza esta bien, pero a veces hay que poner un poquito de espinazo. El caso mas singular que conozco es el de Espana. Sus atletas son magnificos, y no solo en disciplinas individuales. Alli estan los campeones mundiales de baloncesto, para nombrar unicamente un caso. Pero en futbol pasa algo, que no me puedo explicar. Lo llamativo es que equipos espanoles juveniles han sido campeones del mundo, pero a los mayores les falta una chispa.