Los tramposos nos han robado lo mejor del deporte
Cada dÃa se hace más difÃcil para los atletas.
El mejora la marca mundial de los 100 metros llanos, con formidables 9´72", y la reacción general es de cautela y desconfianza. Hace un par de años hubiera sido de alborozo incontenible.
Los expertos coinciden en que será el primer atleta en superar la marca de 9 metros en salto en longitud, tras un brinco de 8,73m el otro dÃa, y la reacción generalizada, fuera de Panamá, es un "humm" defensivo. Hace algún tiempo estarÃamos gritando de los balcones.
La registra una marcas formidable en la historia de los 800 metros (1.54:99) pero muy pocos medios lo valoran como la hazaña que es. Antes del cinismo, se nos hubiera caÃdo la baba de admiración.
En natación, los últimos récords mundiales, que han llegado como los ómnibus, casi todos juntos, son atribuidos por muchos a un bañador especial, confeccionado con aporte de la NASA, y por otros al tradicional dopaje.
Ya no hay reconocimiento de la hazaña, no hay percepción del esfuerzo tremendo de un atleta para superar a los demás y superarse a sà mismo.
Los tramposos nos han robado lo mejor del deporte.
Los atletas están en una trampa de su propia creación.
Si se dopan, corren el riesgo de ser descubiertos, por detección o delación (esto último lo más probable); si no se dopan, sus marcas, de ser buenas, serán consideradas con escepticismo.
En una entrada anterior decÃamos que las estaciones de televisión de Estados Unidos ya no exigen a los organizadores de los Juegos OlÃmpicos que coloquen al atletismo en horarios convenientes para sus programaciones.
Los televidentes han dejado de creer en la integridad de este deporte.
Hace unos dÃas, un tribunal de California encontró , el entrenador de Marion Jones y otros tramposos, entre ellos Tim Montgomery y Justin Gatlin.
Una de las ironÃas de este caso es que Graham será castigado por mentir a investigadores oficiales, no por dopar a sus atletas.
La incredulidad ante las hazañas deportivas es particularmente dolorosa en lo que respecta a Bolt, Saladino y Jelimo, cuyas personalidades no ofrecen los indicios habituales en una cultura de dopaje.
Para colmo, los tres parecen llamados a marcar sendas eras en sus respectivas especialidades.
Asà como Saladino podrÃa ser el primero en saltar más de 9 metros, Bolt podrÃa ser el primero en acercarse a los 9'50" en los 100 metros, y Jelimo la primera mujer en bajar de 1.53:00 en los 800m.
En los tres casos hay un gran margen para la esperanza. Bolt y Saladino tienen defectos técnicos que, de ser corregidos, podrÃan desatar todo su potencial; y Jelimo, que viene de la velocidad pura, es muy joven a los 19 años en el mediofondo, una distancia que requiere cierta sazón.
Bolt (relámpago, rayo, en inglés), de 21 años, no tiene el fÃsico clásico del especialista de 100 metros. En realidad, su especialidad es 200 metros. Es demasiado alto para los 100, con 1,96 metros.
Se podrá decir que él compensa la altura con un peso de sólo 75 o 76 kilos, pero lo cierto es que su fÃsico le coloca el centro de gravedad demasiado alto, y le cuesta alcanzar la posición ideal en los primeros metros.
En los 100 metros, esto es un handicap notable.
Si a esto agregamos una técnica todavÃa por depurar (la carrera del récord fue la quinta de 100 metros que este fenómeno corre oficialmente), una de las consecuencias es que su aceleración en los últimos metros es pavorosa.
Esto es lo que sorprendió el fin de semana al estadounidense Tyson Gay, que comparte esta caracterÃstica pero tiene una zancada mucho menos amplia, ya que sólo mide 1.79m, con diez o doce kilos más que Bolt.
También Saladino es delgado, como Bolt, y relativamente alto: 70 kilos, 1.83m. Esta combinación le da mucha fuerza, llegando al salto con suficiente velocidad de carrera para el despegue.
En vuelo, su técnica, defectuosa en opinión de los entendidos, le obliga a una contorsión que dificulta el aterrizaje.
Jelimo, igual que Bolt, también es una recién llegada a la especialidad que puede llevarla a la gloria.
En la carrera de BerlÃn, donde bajó de los 1.55:00, corrió virtualmente sola, a pesar de que el grupo incluia a la campeona del mundo, su compatriota Janeh Kepkosgei, favorita para los juegos de PekÃn... hasta hace unos dÃas.
La marca de Jelimo es la novena de todos los tiempos. Todas las otras se remontan a los años ´80, salvo una de 1997 de la cubana Ana Fidelia Quirot (1.54:82), que en 1989 también habÃa corrido en 1.54:44.
El récord del mundo, de la checoslovaca Jarmila Kratochvilova, es de 1.53:28.
La juventud de Jelimo, de 19 años, sugiere que el récord tiene los dÃas contados. A fin de cuentas, Kratochvilova tenÃa 32 años en 1983; se habÃa pasado la vida a la sombra de Marita Koch.
Ah, Marita Koch. ¿Hace falta recordar que muchos récords de aquella época también están bajo sospecha?
ComentariosAñada su comentario
Tienes razón, los tramposos nos han robado a todos. Lo malo es que se han robado lo mejor de todo, desde el deporte, la economÃa, la diversión, etc. Prácticamente hay tramposos en cada actividad humana. Y lo malo es que ya nos acostumbramos, solo en el deporte lo reclamamos. Negros dÃas nos esperan.
Completamente de acuerdo con este post. Es una pena lo que ha sucedido con el atletismo y con el deporte en general. Cuando uno ve esas marcas no siente esa admiración que se llegó a sentir en un momento dado. El primer pensamento es si el resultado es legal o si el deportista se ha dopado para lograr la marca, y aunque los análisis anti-doping le den el visto bueno al registro, siempre queda la duda de que se pueda repetir la historia de los laboratorios BALCO.
El tramposo es doble tonto, por su popio mérito no logra marcas y se engaña a sà mismo y cree lo hace al mundo, es por asà decirlo, la "cultura del vivo", mientras no te "pillen" seguirás. Creo más en participar por como se es, con los lÃmites y virtudes que cada quien tiene, por mi parte creo en la inocencia, hasta la demostración de la culpabilidad, y el arrepentimiento es problema de cada quien. FE_liz dÃa !
Estoy de acuerdo, con la salvedad de que el proceso no es nuevo, lo que es nuevo es la percepcion del proceso. Quiero decir que ahora somos concientes de lo que ocurre, mientras que antes eramos felices en la ignorancia. Felicitaciones por el trabajo.
Justos por pecadores :(