Eto'ó, los chismes y el liderazgo
Atribuyen a muchos grandes hombres la observación de que nadie chismorrea sobre las virtudes de los demás: sólo sobre sus vicios.
Y si los vicios no vienen al caso, se recurre a algún otro rasgo que pueda ser presentado como un defecto de carácter.
AsÃ, muy pocos han escuchado chismes interesantes sobre la nueva sobriedad de Maradona, por ejemplo. Únicamente sobre sus antiguos excesos, proyectados sobre su actividad actual.
Del mismo modo, nadie habla mucho de la simpatÃa y generosidad de Samuel Eto'ó, de sus obras de bien en Camerún: prefieren los chismes sobre su papel disgregador, casi funesto, en el vestuario del FC Barcelona.
Ya resulta evidente que el hombre tiene una capacidad inaudita para hacer olas e introducir el dedo en el ventilador. Y también parece cierto que dos de sus rasgos de carácter más distintivos son el orgullo y la envidia.
Le cuesta tragarse el sapo de que no es el mejor futbolista del mundo, ni siquiera de su equipo, y se pone verde cuando advierte que alguien lo supera.
Fue el caso de Ronaldinho, hace dos o tres años, y ahora le pasa con Messi.
(Ya ven que yo también trafico en chismes. O en información, si les parece.)