No confundamos gordura con hinchazón
¿Cuál es el caso de corrupción y/o fraude deportivo más grave que ustedes conocen?
No corran, porque se pueden equivocar. Les adelantamos que, a nuestro juicio, el episodio más grave no es el de Flavio Briatore/Nelson Piquet/Renault en el Gran Premio de Singapur del año pasado.
Es muy fácil confundir gordura con hinchazón, como decÃan en mi pueblo.
Se suele equiparar gravedad con notoriedad, como en caso del dopaje de Ben Johnson en los Juegos OlÃmpicos de Seúl (1988).
Lo de Johnson, un individuo, corrompido tal vez por su entrenador, no fue más grave que el extendido dopaje en los equipos de ciclismo, desenmascarados en el Tour de Francia y otras pruebas del calendario internacional.
Johnson era culpable, por supuesto, y culpable de un fraude gravÃsimo, pero la notoriedad de su caso (la percibida "gravedad") también se debió a la ocasión, la final olÃmpica de la prueba más sexy, a lo que se puede agregar que se trataba de un personaje que llenaba los requisitos del "malvado" (un canadiense/caribeño), tras convertir en vÃctima a un atleta estadounidense supuestamente intachable, que se quedó con el oro que le retiraron a Johnson.
Del "intachable" Carl Lewis, por supuesto, se dijo luego que habrÃa dado positivo por estimulantes prohibidos en las pruebas de selección para el equipo de su paÃs antes de aquellas Olimpiadas, pero que su caso fue sepultado por las autoridades, primero, y luego desestimado tras una apelación.