El árbitro es un burro, dijo mi amigo X
"El árbitro es un burro por no anular el gol, cuando advirtió el error", dijo X.
Y casi todos, en el grupo ante el televisor, estuvieron de acuerdo. El problema, claro, es que en el grupo muy pocos conocÃan realmente las reglas del juego.
Identificamos a la persona que hizo la pregunta sensata con una letra, X, porque no importa su sexo, ni su edad, ni su sexualidad, ni su religión, ni su raza, ni otros rasgos con que se acostumbra a menoscabar la credibilidad de la gente.
El árbitro, claro, era el italiano Roberto Rosetti, el que se tragó la incompetencia de su asistente, Stefano Ayroldi, quien no vio a Tévez más de un metro fuera de juego en el primer gol de Argentina ante México (3-1).
X pudo decir lo mismo sobre el uruguayo Jorge Larrionda, a quien su asistente Mauricio Espinosa indujo a error al no señalar que la pelota lanzada por Lampard habÃa traspuesto la lÃnea de gol, en Alemania-Inglaterra (4-1).
De burros se trata, pero no son necesariamente los árbitros, sino los dirigentes que insisten en resistir la asistencia de las imágenes de TV en casos de duda.