Al gran actor se le atraganta el guión
Ya todos sabemos que, por estos dÃas, el espectáculo es el motor de la realidad.
Lo bueno es cuando el guión y la interpretación de los artistas son de gran nivel, como nos tiene acostumbrados el Barcelona, que ayer le ganó 3-0 al Racing.
Lo malo es que, a veces, al gran actor le toca un guión mediocre, o un actor mediocre malogra un gran guión. A ustedes les toca decidir cuál es la descripción que se ajusta al vulgar empate 0-0 del Real Madrid en Mallorca.
Con Guardiola, el ´Úú³Ù²ú´Ç±ô del Barca tiene un sabor refinado, que lo eleva a niveles de sapiencia mayor. No es casual que Zlatan Ibrahimovic lo califique de "filósofo", con la intención de insultarlo, claro: en todo caso, Pep es un filósofo idealista, que considera al ´Úú³Ù²ú´Ç±ô como una representación de la belleza.
Con José Mourinho, todo se subordina al espectáculo. Es muy talentoso, tal vez genial, pero el actor sabe que el éxito, la taquilla y su vanidad personal están por delante de la belleza. Forzando la comparación, Mou es un filósofo materialista.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa dijo hace unos dÃas que estaba escribiendo un ensayo titulado "La civilización del espectáculo".
"Lo que no pasa por el espectáculo no es cultura", dijo. "Se ha convertido, el espectáculo, en el valor de nuestra época. Ya no hay valores, nadie sabe qué cosa es buena, qué cosa es mala, qué cosa es bella, qué cosa es fea".