Torres, un caso de lealtad y desaliento
Cada género tiene su ingrediente indispensable. Los relatos policiales necesitan un asesinato (o veinte, ahora), las novelas románticas un gran amor, los programas de TV unas cuantas escenas que rocen lo pornográfico/artÃstico, o pantallazos de sadismo y humillación en el horario de protección al menor.
En la misma vena, la narrativa del ´Úú³Ù²ú´Ç±ô gira alrededor del gol, de quien los hace, no de quien los impide. Ahora muchos hablan de Fernando Torres, de su inminente marcha del Liverpool al Chelsea, pero muy pocos se interesan en lo que debe estar pensando Pepe Reyna.
Kenny Dalglish, el nuevo (digo, es un decir) técnico del Liverpool, creyó que la llegada del uruguayo Luis Suárez (goleador en serie del Ajax) tranquilizarÃa a Torres sobre las intenciones del club, pero El Niño habrÃa perdido la fe en Anfield hace tiempo, más de un año, a juzgar por los testimonios "de primera fuente" que aparecen ahora en los diarios.
Pero los batidores están levantando otras perdices gordas en el mercado de enero. De un solo club, el Tottenham Hotspur, se dice que en las últimas horas se lanzó a una desesperada ofensiva para asegurarse un delantero goleador.