La tensión se hace intolerable
El hombre no sólo ha perdido la sonrisa: también le cuesta trabajo encontrar las palabras, a él, tan elocuente, tan hábil para envolver y justificar casi todo.
De repente, el Profesor, uno de los técnicos más admirados y respetados, es juzgado por mucha gente como un hombre que ha perdido el libreto, que ya no puede ganar ni siquiera teniendo los jugadores y los recursos para hacerlo.
A esta altura de la temporada, la presión se hace casi intolerable para los responsables de los equipos embarcados en batallas de conquista o de supervivencia.
No es necesario extenderse en la salud de Gérard Houllier, el técnico del Aston Villa, internado el otro dÃa, algo que alarmó por partida doble ya que hace tiempo, cuando dirigÃa al Liverpool, estuvo al borde de la muerte.
(Fue una ruptura de aorta. Se salvó porque la emergencia se presentó en el entretiempo de un partido. Antes o después, la ambulancia no hubiera llegado a tiempo, debido a la congestión en las calles.)
La presión también es evidente en el caso de Pep Guardiola, que ha comenzado a quejarse de los árbitros y de las circunstancias, como acostumbra hacer su rival del Real Madrid, con la diferencia de que para Lord Voldemou es un recurso natural en su personalidad, mientras que para Guardiola es forzado.