"Allà viene Fulano, buscando a quién echarle la culpa", dijeron del jefe en mi primer trabajo, y la frase no se me borró nunca, porque siempre hay alguien buscando a quién culpar de algo.
Como el descenso de River Plate, por ejemplo, el club con más tÃtulos del ´Úú³Ù²ú´Ç±ô argentino, que ahora nos parece una catástrofe y tal vez después se interprete como una travesÃa del desierto, con sus propiedades redentoras.
¿A quién echarle la culpa del descenso de River? No hace falta mirar mucho, porque los candidatos sobran.
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El colombiano Radamel Falcao marcó 41 goles en 50 partidos con el Oporto.
Danza de nombres. Se podrÃa hablar de Messi, Nadal, McIlroy, Neymar, Djokovic, Sánchez, Federer, Falcao, Murray, Forlán.
El tenis estará con nosotros un par de semanas. El golf es un deporte de minorÃas, especialmente en América Latina. Nos queda el ´Úú³Ù²ú´Ç±ô.
La tentación obvia, en vÃsperas de un torneo como el de la Copa América, que se disputará en julio, es predecir el triunfador, o identificar a los finalistas.
Esto resulta tedioso, porque siempre salen los mismos nombres.
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En deporte, los factores del éxito son el talento, el azar, la garra y el liderazgo, no siempre en ese orden.
Resultados recientes en automovilismo, tenis y ´Úú³Ù²ú´Ç±ô reflejan esta conjunción, con diferentes matices.
El azar fue el vector principal de una serie casi cómica que dio la victoria a Jenson Button en el Gran Premio de F1 de Canadá, tras una carrera tan loca que parece de ficción.
La garra tuvo el lugar de honor en la panoplia desplegada por Rafael Nadal al ganar por sexta vez el abierto de Roland Garros, enderezando una temporada de altibajos.
Y los efectos del liderazgo, en sus diferentes manifestaciones, determinan lo que está ocurriendo en las principales ligas del ´Úú³Ù²ú´Ç±ô europeo, aún ahora, en pleno receso.
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El Blog de Lalo propone dos tesis que parecerán heréticas a muchos lectores: 1) que la FIFA no es ahora ni más ni menos "corrupta" que hace varias décadas, cuando la dirigÃan "personas incorruptibles"; y 2) que la Champions League y no el Mundial de ¹óú³Ù²ú´Ç±ô es el escenario más adecuado para consagrar al mejor jugador de una era.
La saga de la FIFA y los supuestos casos de soborno y otras maniobras turbias, en particular la grotesca selección de Qatar como sede del Mundial 2022, han provocado una airada reacción en Inglaterra y otros paÃses que se han sentido perjudicados, pero en muchos otros apenas han llamado la atención.
En la gran mayorÃa de los paÃses que integran la FIFA, las denuncias y el cuestionamiento al presidente Sepp Blatter fueron recibidos con escepticismo y hasta irritación, como ejemplos de malos perdedores.
En otro espacio de ´óÏó´«Ã½ Mundo (hacer click aquÃ) hemos descrito las caracterÃsticas de "matrioska rusa" de la FIFA, que la hacen susceptible a las maniobras turbias, y nuestro colega Arturo Wallace ha investigado su independencia e impunidad (tocar aquÃ).
Pero la indiferencia casi universal se debe, entre otros factores, a la conveniencia nacional de los paÃses miembros. Lo prueba el hecho de que la Football Association (FA) y los personajes que abogaron por la candidatura inglesa al Mundial 2018 sólo reaccionaron bastante después de que el comité ejecutivo se inclinara por otras sedes.
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