Este 31 de agosto se celebra el D铆a Internacional del Blog, una de esas fechas que s贸lo tienen el sentido que nosotros querramos otorgarle.
(Sin nuestro aporte, la fecha vale tanto como el 4 de septiembre D铆a Internacional de la Lechuga o el 2006 A帽o Mundial contra el consumo de rabanitos).
大象传媒 Mundo lo celebr贸 con sentido. Lanz贸 una
y contribuy贸 al debate. Yo lo "festej茅" recordando a los contadores de historias que un d铆a vi en la plaza de Jemaa El Fna, en la antigua y roja Marrakesh.
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Las tragedias suelen atraer la cobertura period铆stica en dos etapas: la explosi贸n (y sus r茅plicas posteriores) y el primer aniversario (los otros aniversarios se van apagando como una vela). En el medio existe una zona gris donde el inter茅s de los medios y las audiencias naufragan.
El hurac谩n Katrina y la destrucci贸n causada en Nueva Orleans y otras zonas del sur estadounidense no son la excepci贸n a la regla.
Lo bueno de los aniversarios es que a veces nos permiten conocer hechos e historias que la emergencia y su caos inicial se trag贸. A m铆 este 29 de agosto (un a帽o despu茅s que Katrina toc贸 tierra a las 02:30 hora local) me sirve para sumergirme en esa zona gris y entender que "el despu茅s fue peor que cuando se rompieron los diques".
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Yo sab铆a que ten铆a un hermano tan brillante como 茅l, que lo perd铆a el opio y que nunca dijo "elemental mi querido Watson".
Ahora me entero que se iba a llamar Sherringford o Sherrinford, que no fumaba en pipa curva y que no estuvo inspirado en otro detective -ni real ni de ficci贸n- sino en un m茅dico escoc茅s llamado Joseph Bell, que ense帽aba en la Universidad de Edimburgo donde Arthur Conan Doyle estudi贸 medicina.
Nunca me canso de saber m谩s sobre Sherlock Holmes porque aquellos personajes literarios que nos acompa帽an desde ni帽os son como amigos de la infancia que siempre tienen algo nuevo para contarnos.
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Estimados lectores, la 大象传媒 lanz贸 en mayo pasado diversos blogs en sus servicios de idiomas.
Adem谩s de la que ustedes leen en espa帽ol, diversas bit谩coras en persa, urdu, chino y otras lenguas comenzaron a llenarse semanalmente de notas, apuntes, fotos, mensajes de los lectores, ideas compartidas, desacuerdos y puntos de vista.
A m谩s de tres meses de haber iniciado este camino, la 大象传媒 quiere saber qu茅 opinan ustedes de esta iniciativa y nos ha pedido a los bloggers que les acerquemos cuatro preguntas que deben ser respondidas antes del 23 de agosto. Si tienen tiempo, ser铆a de mucha ayuda para nosotros.
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Mientras en la tierra hay gente que trata de dejar de matarse y otros que inventan formas l铆quidas de matarse en el aire, un grupo de personas se re煤nen esta semana en Praga para mirar al cielo en busca de respuestas.
La celebra en la capital checa su y los asistentes al c贸nclave enfrentan un dilema que lleva a帽os sin resolver: 驴A qu茅 debemos llamar planeta?
Se preguntar谩 usted cu谩l es la importancia de este interrogante para simples terr铆colas como nosotros, pero perm铆tame decirle que luego de vivir 34 a帽os de vida en un sistema solar con 9 planetas, me angustia cambiar a 8, 10 o m谩s de 20 de la noche a la ma帽ana.
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Hace unos d铆as me cruc茅 en una calle de Miami a un mendigo que caminaba entre los autom贸viles sosteniendo un cartel muy particular: "Why lie? I need a beer" (驴Por qu茅 mentir, necesito una cerveza?), estaba escrito con tinta negra sobre un pedazo de cart贸n.
Primero apreci茅 la "franqueza" pero despu茅s de unos segundos me result贸 artificial, planificada, como si el marketing hubiera llegado al mundo de la limosna. Record茅 esas campa帽as publicitarias que venden un producto a partir de una presunta verdad (en mi infancia hab铆a un televisor cuyo lema era "caro pero el mejor").
Pedir por una cerveza no es -para las convenciones sociales- un gesto muy aceptable. Las "reglas" no escritas de la mendicidad estipulan que se debe pedir por comida o refugio, aunque a veces existan limosnas m谩s urgentes y menos sencillas de otorgar, como comprob茅 una tarde de septiembre del a帽o 2000 en la m铆tica ciudad de Roma.
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Este lunes 31 de julio, mientras la Calle 8 de Miami se llenaba de cubano-americanos que festejaban la salida del poder -por ahora temporal- de Fidel Castro, yo dorm铆a en mi casa.
Cuando llegu茅 por la ma帽ana a la redacci贸n en Miami, mis colegas corr铆an a toda velocidad para sacar al aire un programa especial de mientras trataban de contener sus bostezos, ya que muchos de ellos trabajaron toda la noche en la cobertura de las celebraciones. Todas las tareas, en Londres y en Miami, estaban ya asignadas, lo que me dej贸 como aquellos estudiantes que faltan un d铆a a clases y al otro d铆a se enteran que hab铆a examen.
"Vos sos el blogger", me dijo un jefe desde el otro lado del Atl谩ntico, "escrib铆 sobre la noticia de la operaci贸n de Castro en la blog贸sfera".
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