El Líbano de mi amigo Krikor
Cada vez que veo a Líbano en la portada de ý Mundo -y últimamente no han sido pocas las ocasiones- voy a mi correo electrónico y envío un mensaje a Londres a mi amigo Krikor.
Los mensajes no varían demasiado. ¿Están todos bien? ¿El misil no cayó cerca de la casa de tus padres? ¿Había algún pariente caminando cerca de donde explotó la bomba?
Pero la tragedia de la familia de mi amigo no comenzó hace décadas en Beirut. Sus ancestros sufren hace siglos por venir de otra tierra condenada, Armenia.
Krikor llegó al mundo en Beirut en marzo de 1969, que como dicen en las películas de misterio, es estar en el lugar equivocado a la hora equivocada.
Eso implica haber tenido 6 años aquel 13 de abril de 1975, cuando los falangistas cristianos abrieron fuego contra un autobús de palestinos en el barrio de Ayn-Al-Rummanah al comienzo de la guerra civil.
Durante su infancia, mi amigo vio entrar los tanques sirios a Beirut, las milicias de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) y luego las tropas israelíes. A sus 13 años, supo de la matanza de refugiados palestinos en los campos de Sabra y Shatila.
O tal vez se escondió de los tanques y las milicias y las tropas y no supo de la masacre hasta años después. Todos estos datos nunca pude conversarlos con él. Lo que aprendí de la década del 70 en Líbano lo saqué de los libros porque Krikor nunca habló demasiado de su niñez libanesa.
Él prefería recordar su época en Armenia, la tierra de sus ancestros, el país que recién pudo visitar al cumplir 20 años. En 1989, mientras sirios y cristianos combatían en el aeropuerto internacional de Beirut, mi amigo pudo cruzar a Siria, primero a Aleppo y luego a Damasco, desde donde voló finalmente a Yereban.
Yo siempre digo que Krikor realizó el camino inverso al mío y a tantos otros, que nacimos en un lugar al que llamamos patria y luego nos fuimos por otros rumbos. Él nació en un lugar que no era el suyo y un día se exilió a su país de origen.
Una vez le pregunté a cual de las dos ciudades pertenecía, Beirut o Yereban, y me contestó que a ninguna, como si tener dos patrias implicara -por definición- no tener ninguna.
En las frías noches londinenses allá por el barrio de Muswell Hill, Krikor nos contaba de Armenia. Él bromeaba que esa milenaria región había sido invadida por cualquier ejército que alguna vez pasó por Asia Menor.
Los persas de Darío, los macedonios de Alejandro, los romanos y luego los bizantinos, los cruzados cristianos, los mamelucos egipcios, los turcos, los rusos zaristas y después los bolcheviques.
A las invasiones siguieron las diásporas, las divisiones territoriales, el constante rediseño de las fronteras y en el siglo pasado, en plena Primera Guerra Mundial, el horror.
Las organizaciones armenias calculan que en 1915, entre un millón y medio y dos millones de sus conciudadanos fueron perseguidos, capturados y asesinados por el régimen de los "Jóvenes Turcos" y no dudan de calificar lo ocurrido como un genocidio.
Pero Turquía y sus países aliados lo niegan, y esta "discrepancia" impide que la tragedia armenia tenga a nivel internacional un nombre "oficial", una definición unánime.
De más estar decir que mi amigo no ha dudado jamás en llamarlo genocidio, como tampoco lo habrá dudado su abuelo paterno cuando huía en 1915 hacia Siria.
El padre de Krikor nació en plena fuga en Iskenderun -también conocida como Alejandreta en honor a su fundador, el Magno Alejandro- cuando esta ciudad era considerada territorio sirio y toda Siria estaba bajo mandato francés.
Pero en 1939, buscando nuevos aliados ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, París cedió la región a Turkía y la familia de Krikor volvió a vivir en las fronteras de sus antiguos perseguidores.
La huída se reinició, primero a Palmyra -Siria adentro-, luego a Jerusalén donde vivía un tío seminarista y por último aHaifa, en los territorios palestinos que se encontraban bajo mandato británico.
Durante la década del 40 Palestina podía ser todo menos un refugio. Judíos, árabes y británicos se enfrentaban por el control de la región y en 1948, cuando surge el Estado de Israel entre combates, muertos y desplazados, el padre de mi amigo escapa a Beirut.
Allí nació Krikor, 20 años después, en el lugar equivocado a la hora equivocada, porque Medio Oriente nunca descansa cuando se trata de matar o morir.
Al repasar la historia de este armenio-libanés, sus padres, sus abuelos, pienso que a veces, cuando la Historia se ensaña con una etnia, una religión o un pueblo, varias generaciones de una misma familia son condenadas al exilio constante, al horror y al miedo.
Recuerdo que años atrás, en Buenos Aires, entrevisté a una anciana judía que había sido la única de su familia en sobrevivir a un campo de concentración nazi. Décadas después, en esa Argentina donde formó su nuevo hogar, su hija fue secuestrada y desaparecida por el gobierno militar.
La dinámica de los ciclos de nuestra vida puede ser -según entienden algunos- circular, pero hay círculos que además de perfectos tienen la propiedad de ser macabros.
La última vez que le pregunté a Krikor por su Líbano lo noté aún más pesimista que de costumbre. Estábamos hablando de cómo iban sus estudios en Londres e inevitablemente terminamos conversando sobre Beirut.
"La guerra civil no puede tardar. Ahora se están matando entre jóvenes universitarios y qué se puede esperar si el odio sectario ya habita en las nuevas generaciones".
Quedamos en llamarnos pronto. Lamentablemente, nunca faltan malas noticias para volver a ponerse en contacto y preguntar si están todos bien en la familia.
ComentariosAñada su comentario
Despues de haber leido en breves palabras la historia de Krikor, me ha invedido la curiosidad de saber humana y personalmente como es que el visualiza la historia de su vida mas alla de otorgarle un referente politico-social, como es que lo vive, que es lo que se siente, como es que se visualiza el mismo en relacion a la sociedad occidental.
Y es que todos los que han tenido que atravesar por situaciones similares han nacido en el tiempo y lugar equivocados?... La historia la escribe el hombre, y por lo visto el hombre -en sentido generico- se equivoca una y otra vez, a algunos les ha tocado asumir con mayor dureza las consecuencias de esos errores... ojala todos pudiesemos ser solo ciudadanos del mundo.
Que fuerte... me pongo a comparar mi vida y la vida de otras personas y me doy cuenta de lo sencilla que he sido todo este tiempo, aunque 5 minutos despues me ahogue en un vaso de agua jaja =P
Matias, los amigos son para estar en las buenas, pero sobre todo para estar en las malas, cuando un abrazo es necesario, cuando las palabras de aliento calman, =)
saludines y suerte para Krikor ;)
este articulo mueve a la reflexion de que en nosotros que formamos parte de una nueva generacion esta el poder de romper estos circulos que se repiten en el transcurso de la historia y hacer de este mundo un lugar mejor para futuras generaciones
Que tristeza me ha producido leer esta nota,y es que la humanidad parece que busca su propia destrucción, siempre peleando por algo ya sea por poder,riqueza,cuestiones religiosas,razas, etnias en fin tantas cosas; nos olvidamos de las cosas simples y bellas de la vida. Saludes
¡Qué triste determinar nuestra vida en ciclos de destrucción y miseria!
En ocasiones siento que el ser humano más bien está predispuesto a pensar en que las cosas estarán mejor (para algo estudiamos, trabajos, escribimos...), pero el pensar que nuestra vida siempre estará marcada por la trajedia va contra todo principio de ánimo y supervivencia.
¿Qué hacemos para terminar con estas cadanas de muerte, odio, guerra y pobreza?
Lugar equivocado? hora equivocada?, muy, muy personalmente creo, que las cosas son como tienen que ser, el Plan Divino es perfecto. Porquê nos pasan cosas tan horrorosas, tanto dolor, sufrimiento? he aprendido a aceptarlo y observar muy cuidadosamente lo que pasa en mi entorno, a ver si descubro algun indicio que me de claridad, y estoy convencida que la justicia Divina no falla. Solo me preocupan esos momentos en que no siento amor por cualquier ser humano sin importar su color de piel, condicion econòmica, posicion social, costumbres, etc. y entonces me detengo y fabrico el amor, lo procuro, porque la unica enegia que mueve el universo es el !AMOR! Dios, el Dios de todos, tiene un plan en la vida de Krikor.
El ser humano pareciera que no se cansa de estar tratando de destruirse a si mismo, porque eso es lo que hacen al tratar de destruir a otros pueblos.
Entiendo lo que sucede con Krikor. Aunque nacido en EEUU [una patria artificial], mi sangre y corazon esta anclada en Cuba y Espa~na.
Si a la Paz No A La Guerra
Entiendo la situacion de Krikor. Naci en la barriga del imperio estadounidense [Ohio]. Busque refugio en Cuba/Espa~na [mi sangre]. Incluso, senti mejor en paises como Espa~na, Venezuela, y entre mi pueblo latino aqui en Miami Florida. Con esa guerra absurda y las ideologias absurdas, ademas de sentir latino, considero el mundo como una familia grande.
Hola:
Leer sobre una vida como la de Krikor es leer sobre la humanidad, y cada dìa es peor...El desarraigo lo conocì en la historia de una chilena que saliò exilada en su adolescencia, la viviò sin mucho problema en Venezuela, pero cuando se preguntò por ella, cuando la etapa de indiferencia pasò...ella no era de ninguna parte...¿què decir de Colombia donde llevamos màs de 100 años (para los extranjeros, hubo una primera guerra interna en el siglo XIX) en guerra y los campesinos se movieron del campo a la ciudad y hoy, nos tenemos que mover de ciudad a ciudad, de barrio a barrio por la misma causa que Krikor...intolerancia
Sé lo que es sentir que tus raíces no han germinado en tu propia tierra, que esa tierra de pertenencia solo se hereda a través de la boca de tus padres.
Esa sensación de no pertenencia se exalta mas si te toca vivir en tierras donde la sangre la ha empapado a traves de tantos siglos. Esto hace inevitable que la gente deje de ver sangre por sus ojos y su alma.
Es triste, y es lo que aún cuesta comprender e intentar una salida a tanta problemática donde la muerte es parte de su cultura, una forma de vivir. Hasta cuando?
Un abrazo
Soy de Nicaragua. 43 años. Algunos recordaran el reciente conflicto nuestro. Algunos hasta lo apoyaron ya sea de un lado o de otro. Entiendo la soledad (angustia) de Krikor, pero pienso que aun hay un horror mas grande que ese. Ese hoirror es ser un exiliado en su propio pais. La pobreza nos obliga a intentar irnos, la falta de oportunidades para muchos es realmente genocidio y cuando intentamos irnos se construyen muros aunque sea para tapar la entrada a un desierto. Hay personas que tienen recuerdos de su patria. Algunas nacieron en ella y jamas han pertencido a ninguna.
MI NOMBRE ES LAIRON RIVERON POLO Y SOY CUBANO VIVIR EN UN PAIS QUE NO ES EL SUYO ES SENTIR QUE NO TIENES PATRIA YO ME VI OBLIGADO A EMIGRAR A LOS ESTADOS UNIDOS YA QUE EN MI PAIS NO SE RESPETAN LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS NO HAY LIBERTAD DE EXPRESION Y LOS SALARIOS SON MUY BAJOS QUE APENASALCANSAN PARA COMPRAR LOS ALIMENTOS Y LAS TIENDAS COMERCIAN EN UNA MONEDA QUE NO ES LA QUE SE PAGA NADIE SABE LO QUE SE SIENTA ABANDONAR TODA SU FAMILIA PARA PODERLOS ALLUDAR ECONOMICAMENTE ESO SOLO LO SABEN LOS QUE COMO YO ABANDONARON SU PAIS LAIRON RIVERON POLO
Aunque soy emigrante cubano , no puedo olvidar mi pueblo nunca ni en el pais que este por eso comprendo todo el dolor y la pena de krikor mi nombre es Lairon Riveron Polo cubano de 21 anos