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No camines, no te subas, no preguntes

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Matias Zibell | 2007-03-29, 2:36

blogseguridad1.jpg Regresé a Miami desde Ecuador con varias historias por contar en mi equipaje pero hay una en particular, por lo repetitivo del asunto, que me parece necesario abordar.

Me pasa cada vez que viajo a un país que no es el mío, cuando viajo a mi propio país o incluso cuando ni siquiera viajo. Siempre recibo consejos de "no caminar por tal lugar, no tomar un taxi en plena calle u ocultar tal o cual objeto que cargo conmigo".

Y aunque me parece que la inseguridad es uno de los problemas más graves que afrontamos todos los que vivimos en las grandes ciudades, es necesario detenerse por un momento a pensar cuánta gente dejamos de conocer o sitios dejamos de visitar por este contagioso miedo.

En Guayaquil, los empleados del hotel donde paramos con la ý nos sugirieron que utilizáramos sólo los taxis autorizados a estacionar frente a su puerta. Los jefes de nuestra radio asociada nos recomendaron viajar sólo con la compañía de taxis que ellos utilizaban y muy gentilmente los llamaron por nosotros.

Unos y otros nos alertaron además de una ola de robos de computadoras personales en la ciudad por lo que debíamos evitar exhibirlas de forma ostentosa cuando nos desplazáramos de un lugar a otro.

Cuatro años atrás, cuando visité por primera vez Guayaquil, mi familia política me dijo que no caminara mucho por el malecón, un hermoso paseo construido en la ribera del río Guayas, y cada vez que viajo a Cuenca -la tercera ciudad del país- mi mujer, que allí nació, me advierte en ciertos sectores de la ciudad que oculte mi cruz de plata o nuestra alianza de matrimonio.

En Buenos Aires, mi lugar de origen, mi madre -luego de la severa crisis económica del año 2002- nunca deja de llamarme los taxis por teléfono, quitándome uno de los mayores placeres que mi ciudad siempre me ha brindado: el poder pararme en cualquier esquina a cualquier hora y levantar el brazo para detener esos vehículos negros y amarillos que me llevarán a casa.

Hay incluso ciudades que jamás he pisado y ya les tengo miedo por todo lo que me han contado. Con la colección de anécdotas sobre robos, secuestros y asesinatos que han llegado a mis oídos desde el Distrito Federal de México y desde Caracas, me cuesta entender cómo queda alguien vivo en estas dos capitales latinoamericanas para poder divulgar estos relatos policiales.

Debo admitir que yo soy un afortunado. Sólo me han robado 4 veces en mi vida, de las cuales sólo una fue con un arma, un cuchillo. Además, nunca han secuestrado a nadie de mi familia ni han asesinado a ningún conocido.

A pesar de mi suerte, no soy tan estúpido como para pensar que la inseguridad es una ilusión, que la pobreza, la marginalidad, el consumo masivo de drogas y la disponibilidad de armas de todo calibre no han hecho de nuestras ciudades zonas de riesgo.

Al fin y al cabo, de mis 13 años como periodista al menos dos los pasé cubriendo noticias policiales y no hubo hurto, homicidio, descuartizamiento, violación o decapitación sobre los que no tuviera que informar con lujo de detalles. Sé muy bien a qué crueldades puede llegar el hombre por necesidad, odio o instinto.

Pero también sé por mis años en policiales que si 1.000 personas dejan su casa una mañana, toman el transporte público, llegan a sus trabajos y al final de la jornada 999 regresan a casa sin un rasguño, la noticia de esa noche en los noticieros será la suerte de ese individuo al que le robaron, golpearon, apuñalaron o acribillaron. Él será nuestra referencia, no los otros.

Cada vez que viajo, la mezcla entre inseguridad real y paranoia general lejos me empuja lejos de la gente, me saca de las calles y de las plazas, me encierra en hoteles, me baja de trenes y autobuses y me sube en vehículos "autorizados". Tantas precauciones me ayudan pero tanto miedo me aisla.

Debería decir, agradecido, que en todas mis travesías siempre he conservado la vida y la billetera, pero a esta altura del camino me pregunto cuántas experiencias perdí por haber desconfiado hasta de mi sombra.

Por ejemplo, en esta última visita a Guayaquil, decidimos con los colegas de la ý "arriesgarnos" y tomar un taxi en una esquina. Un viejo y destartalado Fiat 1 amarillo que alcanzaba los 15 kilómetros por hora sólo en los descensos abruptos de puentes y autopistas.

Su conductor, uno de esos taxistas que tienen más historias que Shakespeare, nos empezó a relatar su última experiencia con una señora guayaquileña que lo había parado días atrás.

Resulta que en medio de un viaje sin destino fijo, la protagonista de esta historia comenzó a llorar...

Ante la pregunta preocupada y solidaria del chofer, la pasajera reveló que había dejado Guayaquil 25 años atrás y nunca había regresado.

Ahora observaba azorada por la ventana los cambios que había experimentado su lugar de origen.

Alentada por la confianza del taxista (y tal vez por la lentitud del vehículo), la señora decidió pedirle a su confidente que la llevara a un viejo restaurante de su infancia donde servían el mejor arroz con maduros y menestra.

Luego del almuerzo, apeló a la sabiduría de su Virgilio para que la guiara hasta cualquier destino donde pudiera encontrar un grupo de músicos que interpretaran para ella algún pasillo (música típica de Ecuador).

Tras la serenata breve y con el estómago lleno de comida y vacío de nostalgia, volvió nuestra protagonista a su hotel y de allí a Estados Unidos, país que no había dejado por 25 años ni siquiera para visitar a su amada Guayaquil.

Ese relato, fabuloso en su sencillez y en su capacidad de resumir la tragedia del exilio, sólo lo encuentra uno en un Fiat amarillo, destartalado, parado en una esquina elegida por el azar y lo suficientemente lento como para permitirle a su conductor el despliegue metódico de introducción, nudo y desenlace.

Por eso pienso que la inseguridad nos puede costar muy caro, nuestro dinero, nuestra integridad física, hasta nuestra vida. Pero el miedo a todos los que nos rodean también tiene su costo.

Son estas historias -y la sabiduría de la gente que las relata- las que nos roban cuando nos hacen sentir que cualquier prójimo puede ser tu enemigo.

ComentariosAñada su comentario

  • 1. A las 05:40 AM del 30 Mar 2007, Joan Guerrero ó:

    "Tantas precauciones me ayudan pero tanto miedo me aisla."..

    Sorprendente, nunca me había colocado del otro bando de pensar, en esos aspectos. Eso aísla y no te permite ver lo espontáneo, lo riesgoso, lo que te podrá marcar o no toda tu travesía en cualquier parte del mundo.

    Impresionante post.

  • 2. A las 10:42 AM del 30 Mar 2007, Patricia ó:

    Haciendo fila en un banco en la cd. en donde crecí en mi país México, conocí a un martinico! Ahora despues de 7 o 6 años y aun continuamos nuestra amistad!!!


    A mi pelirrojo lo conocí en Alemania del este saliendo de la escuela del aleman rumbo a la estacion del tren y ahora tenemos un bebe precioso.


    Y mi madre me repetía una y otra vez: no hables con gente extraña!!!!

  • 3. A las 01:05 PM del 30 Mar 2007, Martha Gutierrez ó:

    Woow
    Es cierto, el miedo es el peor enemigo. Te recomiendo ver el documental MEGACITIES de Michael Glawogger, ves como este documentarista vence el miedo y penetra en los lugares mas inhóspitos de las grandes ciudades y con equipo de filmación!!! una verdadera obra de arte.

  • 4. A las 01:08 PM del 30 Mar 2007, Tesne ó:

    En un principio tu post me recordó los "consejos" que da la gente de Maracaibo (segunda ciudad en tamaño de Venezuela) que siempre te dicen por donde no ir, con quien no hablar, etc. A veces los mismos me agobian y es entonces cuando no les hago caso y recorro la ciudad por mi cuenta.

  • 5. A las 01:45 PM del 30 Mar 2007, Roberto Carlos Alvarez-Galloso,CPUR ó:

    Te felicito por El Articulo.

  • 6. A las 02:11 PM del 30 Mar 2007, Sergio Espósito ó:

    Es muy interesante la reflexión que se plantea en el blog. El problema de fondo a mi manera de ver es que unos pocos (los delincuentes) nos mantienen secuestrados al resto de los ciudadanos, y de alguna manera se han creado ghettos artificiales, a donde nunca vamos porque no nos atrevemos a ir por miedo a que nos asalten o a algo peor. En mi caso, que vivo en Caracas, hay un montón de lugares que no conozco y que seguramente nunca conoceré por puro y simple miedo. Cuando visité Bogotá quedé maravillado por todos los sitios que conocí, pero todos estaban en la parte norte de la ciudad. Estuve un par de veces en el centro, y la primera vez que fuí andaba con otros dos venezolanos, y no nos sentimos particularmente inseguros; pero la segunda vez que fuimos estaba con nosotros una bogotana, que no paraba de decir que teníamos que andar con cuidado, y que ni se nos ocurriese ir solos al sur de la ciudad. Es muy probable que si esta amiga bogotana me viene a visitar a Caracas, mi actitud sea la misma.

  • 7. A las 02:11 PM del 30 Mar 2007, Luis Conde ó:

    Pues sí, dejamos de hacer cosas por inseguridad, aquí en la Bolivariana Venezuela cada noche la gente se "guarda" (regreso a casas) más temprano, parece que a cierta hora no hay nadie en la calle, esos paseos de la parada del bus a la casa pasadas las 10 de la noche.. no van. Ahora ya las 9 es una ruleta, colgarse los audífonos y caminar rapidito con cara de ausente es la mejor estrategia. Taxis ni hablar, ya no se sabe que es oficial y quien pirata, hasta ellos se guardan temprano. El problema de fondo a resolver es la hipocresía y el cinismo de la política pública, acá y en toda Latinoamérica. El rollo que para resolver eso, es necesario poner el pecho y perder popularidad, nada mas aterrador para los populistas...de mientras yo seguiré caminando donde y como pueda, el placer del silencio, oír el latir del corazón al caminar no tiene precio, caminen sin miedo que Dios les acompaña… pero regresen temprano El también descansa.

  • 8. A las 02:23 PM del 30 Mar 2007, Juan Pablo ó:

    Hola Matias...bienvenido a Miami. me alegra saber que no tuviste ningun percance, ya que cuando lei el titulo y los primeros parrafos del blog pense inmediatamnente que tu nota se trataba sobre algun percance en Ecuador. Escribes tremendamente bien, y nos haces pensar a todos quienes por una u otra razon tenemos que viajar y estar en ciudades que NO conocemos y en las que debemos de preguntar a donde NO debemos ir, o que taxi NO tomar, etc.

  • 9. A las 04:00 PM del 30 Mar 2007, Guillermo F ó:

    Muy buena nota.
    "Sé muy bien a qué crueldades puede llegar el hombre por necesidad, odio o instinto."
    No creo que haya demasiadas "crueldades por necesidad".
    Vivo en Buenos Aires, en cuanto a lo otro que cuentas, el gobierno dice que hay una "sensación de inseguridad", cuando la realidad es muy grave. De 1000 personas que salimos a la calle todos los días, los periodistas se ocupan de uno, porque ese fue el único que hizo la denuncia o la cosa fue tan grave que no se puede ocultar.
    Uno se arriesga a diario, en el taxi, en todos los sitios. La opción es: o se acostumbra a vivir rodeado de inseguridad o no vivir.
    No tengo opción económica para irme de esta ciudad, que es mi deseo más fuerte, aunque soy nacido aquí.
    Pero no nos preocupemos, que con este gobierno y metodología de criminalizar a las víctimas y victimizar a los delincuentes, vamos a estar mucho peor.

  • 10. A las 04:11 PM del 30 Mar 2007, mameri ó:

    ahi está el papa de nemo diciendole que no se acerque a la superficie... y mirá tú la cantidad de aventuras y amigos que pudo hacer el temeroso pez pallaso.
    jean viejo, mochila y mucha compañía pueden ser un aliciente para arriesgarse... pero siempre tomando algunas precausiones.

  • 11. A las 05:37 PM del 30 Mar 2007, Cromatica ó:

    Tu relato ha avivado mi preocupacion cuando regrese a mi país, porque cuando leo sus diarios digitales me causa temor y preocupación, porque me doy cuenta de que me he "desacostumbrado" a recorrer su ciudad.

    Somos animales de costumbres y lastimosamente los latinoamericanos vivimos con la malicia en mente para sobrevivir nuestras calles, nos adaptamos manejando nuestros autos a vidrio cerrado, llaves en las cuatro puertas, cero joyeria en el cuerpo, efectivo indispensable, y terminamos aceptando que el miedo es un estilo de vida para sobrevivir.

    Como ves mi temor es ese proceso al que tenga que readaptarme, que tenga que pedirle a los santos me acompañen cada vez que salga de casa, y que a la vez no pierda la esperanza porque nuestros paises cambien ese estilo de vida, y la pobreza no hiera a sus hijos y exista quienes lo puedan remediar.

    Un abrazo

  • 12. A las 05:50 PM del 30 Mar 2007, VB ó:

    Estimado: Esto nos suele suceder cuando vivimos en grandes ciudades por mucho tiempo. Sobre todo en aquellas donde ciertamente ocurren hechos de violencia. Pero también es cierto que la paranoia y el miedo paraliza. En muchos casos, son los medios y nosotros los periodistas, los que plantamos esta sensación cuando utilizamos determinadas palabras para anunciar una noticia. Creo que por naturaleza somos alarmitas, como si esto significara ser contundentes con la información.
    Soy de los que creen que aquí en Buenos Aires, todavía se puede andar. Pese a todas las malas noticias, yo suelo salir de noche, tomar taxis en las esquinas y caminar. Las ciudades sólo se conocen así.

  • 13. A las 06:04 PM del 30 Mar 2007, Dinia ó:

    De lo que nos perdemos todos. En mi barrio, ni los vecinos se hablan, nadie se conoce, esto hace que también se pierdan las redes de apoyo. A nadie le importa si alsaltan al vecino, "mientras a mí no me pase nada, estoy bien".

    Todos salen en su carro, vidrios cerrados, casi como en una capsula. Intocables.

  • 14. A las 06:50 PM del 30 Mar 2007, Fernando Adolfo ó:

    Coincido totalmente. Aquí en Buenos Aires existe una paranoia que a mi juicio es exagerada. Sin dudas hubo hechos de violencia pero ¿como se los combate? Yo no soy mejor que ninguno de mis compatriotas -mas bien lo contrario- pero para diferenciarme nomás cumplo con las normas vigentes. Tenía un convertible y si el semáforo estaba en rojo yo paraba aún de noche y en el Gran Buenos Aires. Jamás me pasó nada gracias a Dios, pero cuando lo comento todos se escandalizan. Hay que soltarse más muchachos.

  • 15. A las 07:31 PM del 30 Mar 2007, Yola ó:

    Totalmente de acuerdo contigo, a veces obviamos conversar con un taxista por ejemplo, por el miedo que nos causan algunos malos individuos, sin ponernos a pensar cuantas historias enriquecedoras podrían contarnos verdad?
    Saluditos :)

  • 16. A las 04:13 AM del 31 Mar 2007, Fabiola ó:

    La inseguridad, la real y la mediática, ha hecho que proliferen muchos proyectos inmobiliarios en forma de "islas". Vivo en una de ellas, en las afueras de una ciudad pequeña a 4 horas de Caracas, donde la frontera son muros con cercas eléctricas, la autoridad es una compañía de vigilancia privada y los vecinos son náufragos solitarios que pocas veces lanzan una botella con algún mensaje amistoso, prefieren la seguridad de sus cuatro paredes. Habitantes del barrio vecino de esta urbanización, de vez en cuando lanza piedras sobre las púas eléctricas, ¿para seguir el juego del gato y el ratón?, ¿para seguir dándonos excusas para escondernos?, o quizá es su única forma de decirnos que están allí... Esto se repite en todo el mundo de distintas formas como cuentas, y el miedo, no nos deja ver más allá de nuestro ombligo. Me encanta tu estilo cotidiano y real. Me gusta tu blog. Seguiré visitándolo cada vez que pueda.

  • 17. A las 05:03 AM del 31 Mar 2007, Mariluz Barrera González ó:

    Increíble Post, definitivamente así me siento en mi ciudad, en mi país, aislada; y confieso que mi pequeño estado es una provincia que hasta hace poco era de las mas tranquilas, pero ya dejó de serlo.

    Ese miedo que sienten en el D.F. por que no saben si van a regresar, es ahora el mismo miedo que tengo yo, comentaba en mi blog que ayer leí en el periódico que mataron y violaron a dos niños de 11 y 12 años por robar fruta, eso aquí no pasaba y ahora parece que serán las noticias de todos los días con las que me iré a trabajar, dando gracias como hoy que me voy a dormir tranquila por que llegué con bien.

    SALUDOS Y ABRAZOS

  • 18. A las 01:32 AM del 01 Abr 2007, Sergio ó:

    Naci y creci en Lima, aun recuerdo por todos los sitios ¨peligrosos¨ por donde anduve, y tambien cuando no era la ciudad enrejada que es hoy en dia, estuve los ultimos diez años viviendo en otra ciudad del interior del pais, he regresado y todos me dicen lo mismo, este sitio es peligroso, este sitio ya no es lo que era, en fin, no deja de seducirme el hecho de volver a caminar las calles de mi querida ciudad, andar en bicicleta esquivando el cada vez mas grande trafico, y recordando los sitios de mi niñez. Espero seguir perteneciendo a los 999 ciudadanos que regresan a salvo a casa.
    Buen articulo, saludos

  • 19. A las 12:15 PM del 01 Abr 2007, José Meneses ó:

    Cada año voy de vacaciones a Margarita una isla muy bella sobre todo en turismo, la última vez en la navidad del año pasado me hospedé con mi familia en una casa de huespedes tipo campestre una especie de agriturismo, en las mañanas me despertaba y la sra. de la casa me obsequiaba un litro de leche de vaca resien ordeñada. Una Tarde sali a acaminar y me aserque a un lugar donde muchos lugareños tomaban cerveza me invitaron, me relataron las vivencias del lugar jugé con ellos a las cartas, me contaron chistes la pase muy bien al regreso por la noche le conte a la sra. de la casa donde habia estado y ella me replicó tu estas loco como se te ocurrió salir por ahí si en esa zona hay mucha inseguridad y cad dia atracan y a veces hasta asesinan, de haberlo savido antes me hubiera perdido lo que disfruté con esos parroquianos. yo pienso que es el miedo que nos hace paranoicos y nos crea esa especie de temor constante......

  • 20. A las 10:19 PM del 01 Abr 2007, José Luis Mejias ó:

    El miedo genera "perdidas" economicas, Se podrá expresar en P.I.B el impacto del miedo en una sociedad? La desconfianza genera perdidas de capital social. Genera "perdidas" espirituales, cuamdo caminamos en las grandes ciudades miramos a los extraños a los ojos? y sino lo hacemos, cómo nos "encontramos" realmente? Tener miedo parece algo involuntario y no estar bajo mi control. Sin embargo, deshacer el miedo es MI responsabilidad, cuando pido que se me libere del miedo estoy implicando que no soy responsable, mas bien la pregunta es cómo cambiamos las condiciones que me suscitan el miedo?. Nuestra forma de convivencia nos genera miedo y nos aisla. Esta no es una conclusiòn futil o vana, debe ser vinculante a titulo personal y colectivo. Ya admitir y reconocer esto es un paso importante. El miedo procede de una falta de amor.

  • 21. A las 01:58 AM del 02 Abr 2007, Jonathan ó:

    Me ha sorprendido la calidad del post, vivo en México y como se relata el miedo nos hace limitarnos de tantos sucesos que nos enriquecerían nuestra existencia.

  • 22. A las 08:05 AM del 02 Abr 2007, Macarena Herrera ó:

    Soy viajera de corazón y las anéctodas más interesantes de mis andanzas, provienen de los lugares a los que no hay que ir o de la gente con la no hay que hablar, es difícil pedir que se arriesguen pero vale la pena en verdad. Además es curioso ver el interés que suscita este tema del miedo a las calles y personas a veces hasta de nuestra misma ciudad. Pero adelante, hay que vivir, más allá del temor existen momentos, obras, calles, paseos, restaurants, músicos, bebidas y personas.

  • 23. A las 12:42 AM del 04 Abr 2007, fernano meza ó:

    hola que tal, te escribo por que me interesa comunicarme contigo, estoy en mexicali Baja California mexico, y apenas empiezo a hacer un periodico mensaual.

    Gracias y ojala te puedas comunicar.

    Fernando meza

  • 24. A las 04:41 AM del 04 Abr 2007, Matilde del Carmen Masats ó:

    Querido Matías: Como veras,no se salva nadie de robos y violencias. En Argentina, como te cuenta tu Sra. Madre se vive el peor momento y la dificil situación de riesgos que en la historia de este, se tenga. Era un paraiso, en cuanto seguridad pero, la necesidad los obliga a robar seguido de muerte. Si te parece, ¿no te aislas?... con cuanta reja, alarma, mirar antes de abrir, llamarnos cuando llegamos a casa, toda la familia asaltada, mi vecino secuestrado, el suegro detenido, por un asalto a mano armada, en defenza propia, detenido injustamente.Si vas por la Panamericana no te asaltan te matan, si vivis en Barrio Cerrado, en 20 días 20 asaltos. Que mas se puede pedir la inseguridad llego a un limite insostenible.Dos famosos periodistas asaltados el mismo día. Un beso de tu compatriota Matilde que no da buenas noticias.Saludos a la familia desde Argentina.

  • 25. A las 02:27 PM del 04 Abr 2007, roberto tassi ó:

    Siempre que uno intenta salirse de los circuitos turísticos recomendados para grandes ciudades o sitios poco conocidos, sobrevuela ese vago temor de que lo desconocido nos puede jugar una mala pasada. Y así alimentamos la paranoia que reina en las grandes ciudades latinoamericanas. No soy necio: hay ciertos recaudos que hay que tomar en estas urbes. Pero por mi parte, siempre elijo salirme de la ruta que me recomiendan guías, empleados de hotel, etc, y armarme un recorrido a mi gusto. Por lo menos para sentir que no estuve de vacaciones o de viaje por trabajo en una fortaleza sitiada.

  • 26. A las 05:25 PM del 05 Abr 2007, Khabiria ó:

    Querido Matías, tienes mucha razón en tu planteamiento, a veces creo que uno se pierde de grandes descubrimientos por ese "susto" a la inseguridad en nuestras ciudades.

    A mi nunca me habían robado en Caracas y hace algunos meses, subiendo del aeropuerto me arrancaron mi cartera en un taxi en el que viajaba.

    Ese dia pasé a engrosar las estadísticas de robos. Cuando fui a la policía a poner la denuncia (porque me habían llevado TODOS mis documentos) el policía me dijo que se recibían unos 25 denuncias diarias igualitas y que ellos lamentablemente no tenían personal para hacer nada al respecto. Te imaginaras mi cara de asombro y mi consecuente respuesta tan elegante como ácida.

    En todo caso yo me arriesgo un poco, y en México, TODOS me decían que no debía montarme NUNCA sola en el metro, al final me animé a hacerlo y me encontré a dos amigas, terminamos cenando juntas en un rico restaurante del Zócalo...Hay que andar con cuidado pero tampoco paranoicos.

    Un abrazo grande!!!
    :)

    PD: Cómo está el bebé???

  • 27. A las 01:44 AM del 06 Abr 2007, Cesar Irizarry Resto ó:

    Estimado Matías:

    Puesto que eres periodista, debes siempre tomar los autobuses u otras formas de transporte público barato. Allí se observan las mejores estampas, los personajes más pintorescos y las historias más interesantes. En los hoteles de lujo, un aburrimiento total excepto que te toque al lado de un borracho en la barra o que puedas conversar con los músicos en su descanso.

    La seguridad sí hay que tomarla en consideración, pero hay mucha gente buena en este mundo y no hay razón para tenerle miedo a la inmensísima mayoría.

    Suerte en todos tus viajes. Un abrazo de hermano desde Puerto Rico, el país donde mejor se come, por si acaso deseas venir.

  • 28. A las 10:22 PM del 06 Abr 2007, Yola ó:

    Hasta hace algún tiempo, pensaba y me aislaba como tu mi buen amigo Matías, hasta que me asaltaron en la puerta de mi propio hogar... un delincuente con pistola en mano, para robarme una cartera vacía de precisamente lo que buscaba... dinero. Pensé en ese momento, que por más seguro y tranquilo que sea el barrio donde se vive, uno no está libre de estas cosas... por ende si algo me ha de pasar, será en cualquier lugar.
    Ahora ya no me privo de ir dónde quiera, ni de conocer lo que ansío.
    Obviamente, tampoco salgo con joyas ni voy tentando mi suerte. Pero unos cuantos delincuentes no me van a privar de la libertad a la que todos tenemos derecho verdad?.
    Saluditos :)

  • 29. A las 06:46 AM del 07 Abr 2007, Alberto Palacios ó:

    La verdad sea dicha pero ese miedo muchas veces infundado nos ha salvado varias veces de un posible asalto, robo, secuestro y porque no decirlo hasta de la muerte misma y es verdad nos ha quitado la posibilidad de conocer sitios que muy seguramente deben ser lindos a mi me ha ocurrido las dos situaciones pero se de un amigo el que una vez se arriesgo dandoselas de valiente y sufrio lo peor que le puede ocurrir a un ser humano que le arrebaten la libertad pues fue secuestrado y lo "mataron" dos veces: sicologicamente y fisicamente.En fin....

  • 30. A las 02:54 AM del 09 Abr 2007, Carolin ó:


    El miedo nos da inseguridad, por eso muchas veces perdemos oportunidades maravillosa, de aprender, conocer y sobre todo de disfrutar la vida.

    Hay que arriesgarse, el que no lo hace,es raro que triunfe.

    Excelente articulo!

  • 31. A las 02:44 AM del 10 Abr 2007, Sonia ó:

    Matías me encantó la historia. Acabo de volver de viaje y te entiendo perfectamente. Aunque los lugareños lo hacen con la mejor de las intenciones, sentía que era prisionera de tantas recomendaciones y prohibiciones. Se que la violencia es la realidad de nuestros dias pero tambien solo tenemos una vida y solo morimos un dia. Por eso trato de viajar por donde me apetece, claro que siempre tomando todas las precauciones habidas y por haber.

    Algo que me ha funcionado es el buscar a alguien del lugar -que al igual que el taxista de tu historia- se gane mi confianza. Ahora que estuve en RD, me hice acompañar de Luis un amable taxista que me acompañó o por media isla. Fue una linda experiencia.

    Toco madera, pero a mí nunca me han asaltado. nací en la RD, viajo muchísimo y vivo en NY. Me considero ser una mujer muy afortunada.

    Una brazo,
    Sonia
    P.D. Gracias por tus palabras de aliento por la muerte de mi amiga.

  • 32. A las 09:45 PM del 21 Abr 2007, ELI QUIROS ó:

    Es muy bueno su comentario.Vivo en Costa Rica y todos hablan de que es peligroso en la ciudad, pero tengo 27 años de andar recorriendo y si ubiese tenido miedo nunk habria esta en la vasconia, el atlas, viajando por la ciudad de madrugada y que los musicos callejeros o quiza una trabajadora del sexo me contara su historia muy amigablemente.

  • 33. A las 04:33 PM del 24 May 2007, Julia ó:


    Excelente articulo.
    El miedo te puede encarcelar hasta en tu propio ser ..

  • 34. A las 06:22 PM del 27 May 2007, Martha ó:

    Hola Matías:

    Me agrado mucho tu relato, he sentido situaciones similares. Vivo desde hace 8 meses en la Cd. de México vengo de provincia específicamente del estado de Veracruz. Hasta la fecha he disfrutado mi estancia aquí y sin contratiempo alguno, he tenido oportunidad de conocer muchos lugares de esta hermosa ciudad. Al principio sentía una gran angustia de salir sola y más si era de noche. Ahora que mis amigas han venido a visitarme les sorprende la manera en que he aprendido a moverme en esta gran ciudad. Por otro lado, actualmente en Veracruz ha habido una ola de ejecuciones relacionadas al narcotráfico ésto ha llevado a que haya mucha vigilancia, polícias y miembros del ejercito nacional por todos lados cosa que no hubiera imaginado algunos años atrás. Apesar de lo que muchos digan la Cd. de México tiene mucho que ofrecer. Sólo hay que perder el miedo...

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