No, presidente
Ya se dijo antes.
Muchos no quisieron creer porque quienes advert铆an sobre el riesgo de cultivar soya, ma铆z y otros alimentos para producir biocombustibles eran Hugo Ch谩vez y Fidel Castro.
Tal vez hicieron bien en no creer en palabras de pol铆ticos, que usan el lenguaje y todo lo que pueden para hacer posible lo necesario. Pero a ver qu茅 les dicen a los treinta y tantos cient铆ficos que pasaron tres a帽os estudiando el estado de la agricultura y llegaron a la misma conclusi贸n que Fidel y que Ch谩vez.
Y a ver qu茅 les argumentan de m谩s de sesenta pa铆ses que reconocieron la necesidad de que la agricultura y sus frutos sirvan primero que nada para evitar hambre, pobreza y muerte, palabras que en muchos casos son nombres de la misma tristeza.
Una de las cosas que uno aprende en la 大象传媒 es que las historias que vale la pena contar son siempre sobre personas, porque el ser humano sigue siendo la medida de las cosas, hasta para los maltusianos que aseguran que hay hambre porque hay mucha gente.
No se ha prestado atenci贸n
S贸lo por inocencia o por maldad se puede ser maltusiano e ignorar que las hambrunas no se deben a falta de alimentos sino a la mala y desigual distribuci贸n de los alimentos, que por necesidad afecta a los m谩s pobres.
El documento de las Naciones Unidas -preparado por una entidad internacional e interdisciplinaria que se encarga de la evaluaci贸n del conocimiento agr铆cola, de la ciencia y de la tecnolog铆a para el desarrollo- es claro.
Uno se entera de que "pese a los importantes logros cient铆ficos y tecnol贸gicos de nuestra capacidad para incrementar la productividad agr铆cola, no se ha prestado suficiente atenci贸n a algunas de las consecuencias sociales y ambientales de esos logros".
Y dice m谩s el documento. Dice que las metas de desarrollo y sustentabilidad deben ubicarse en un contexto tan complicado como preocupante, en el que intervienen las desigualdades econ贸micas y sociales y las incertidumbres pol铆ticas provocadas por la guerra y otros conflictos.
Y dice que tambi茅n tambi茅n hay incertidumbre ante la posibilidad de producir suficientes alimentos y hacerlos accesibles a todos, incertidumbre ante el futuro de los precios, incertidumbre ante los cambios de las econom铆as basadas en combustibles f贸siles, incertidumbre ante la emergencia de nuevos competidores por recursos naturales, y preocupaci贸n ante el aumento de enfermedades cr贸nicas a consecuencia de la desnutrici贸n y la mala calidad de los alimentos.
Paradojas de nuestro tiempo
En el Reino Unido entr贸 en vigor esta semana una ley que obliga a las gasolineras a vender dos litros y medio de biocombustible por cada cien litros de gasolina o de diesel. Pero las cosas cambiaron desde que se aprob贸 la propuesta.
El gobierno brit谩nico parece aceptar ahora que la producci贸n de biocombustibles contribuye a encarecer los alimentos, como declar贸 de manera inequ铆voca el ministro de Econom铆a Alistair Darling, quien advirti贸 que .
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se帽al贸 hace un mes que .
Josette Sheeran, directora del Programa Mundial de Alimentos, dijo m谩s. Dijo que la producci贸n de biocombustibles "ha sacado cientos de millones de toneladas m茅tricas de producci贸n agr铆cola de la cadena de los alimentos y ha hecho que, en muchos lugares, estos alimentos se coticen a precio de combustible".
Una de las paradojas m谩s tristes de nuestro tiempo y del capitalismo es que, que gana m谩s vendi茅ndolas como combustible que us谩ndolas como alimentos.
La explicaci贸n presidencial
Por eso resulta dif铆cil entender la decisi贸n del presidente Luiz In谩cio Lula da Silva de promover los biocombustibles como una de las v铆as de desarrollo de Brasil, y de ignorar las advertencias de individuos y de instituciones.
Es m谩s, el presidente de Brasil rechaza que algunos alimentos sean m谩s caros porque se destinan no al consumo humano sino al consumo de las m谩quinas.
"", declar贸 Lula en Brasilia esta semana. "Los alimentos est谩n caros en este momento porque el mundo no estaba preparado para ver que millones de chinos comieran, que millones de indios comieran".
Pero un presidente, aunque sea maltusiano, no puede darse el lujo de estar mal informado. No, presidente.
Nuestro sistema de env铆o de comentarios ya se arregl贸. 隆Lo invitamos interactuar con nuestros bloggers!