Ronaldinho, el futbolista con más admiradores en todo el mundo, el número uno indiscutido durante varios años, ya no disfruta con su úٲDZ y su bajo rendimiento (relativo, claro, teniendo en cuenta su genio) se ha convertido en un problema que trae de cabeza a los dirigentes y técnicos del Barcelona.
Muchos creen que un pedazo de jugador como él no puede ser un problema, aunque esté disminuido físicamente. Dicen que incluso cuando juega mal siempre hace un golcito o un par de pases de gol.
En Glasgow, el martes, jugó mal, pero fue el único culé que llevó peligro: estrelló la pelota contra el travesaño y otro disparo suyo fue desviado con el brazo por un adversario.
Sus defensores creen que es injusto centrar las críticas en el brasileño, cuando ante el Rangers las otras luminarias del Barça también estuvieron apagadas, comenzando por Henry, Messi e Iniesta. Tan mal jugaron, que el mejor de todos ellos fue el islandés Eidur Gudjohnsen.
Otros creen que, justamente por ser genial, su baja forma agrava el problema: no es lo mismo contar con Ronaldinho que con su sombra.
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Este ha sido uno de los fines de semana más locos del año.
, y con un ataque de nervios. terceros en el mundial de rugby. Los cracks brasileños, que venían de cerrar una discoteca, se quedan sin jugar en Europa y pierden sus equipos, Real Madrid, Barcelona y AC Milan. , que no había ganado virtualmente nada desde el Masters de Shanghai de 2005, supera a los tres primeros del ranking en tres días.
El Gran Premio de Brasil fue un broche digno de la temporada de Fórmula 1 que acaba de pasar: loco, loco, loco, con un tufillo que espanta.
En algún momento de la semana se firmó la paz, o por lo menos el cese de hostilidades, en esa casa dividida que es el equipo McLaren. De repente, el viernes, Hamilton y Alonso, de quienes creíamos que se odiaban con una intensidad de caldera al rojo vivo, se sentaron juntos ante los escribas y dijeron que se habían querido siempre, que el malentendido era cosa del periodismo pérfido, pero que sus intrigas no habían tenido éxito.
¡Y lo dijeron sin ponerse colorados!
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El deporte, por su naturaleza, ofrece una marcha accidentada: los aficionados pasan de la alegría a la depresión en un abrir y cerrar de ojos. Y la rueda gira y gira.
Especialmente si son ingleses.
Los aficionados ingleses al rugby, que hasta hace unos días estaban con el ánimo por el suelo tras varios años de mediocridad, que culminó con el 36-0 encajado ante Sudáfrica en el mundial, ahora están felices por y confían en un digno papel ante el mismo rival.
Los aficionados ingleses al úٲDZ, que hace unos días desbordaban confianza, ahora están convencidos de que el equipo nacional no se clasificará para la Eurocopa 2008. Pero este cambio de humor no debería sorprender, porque es cíclico: el úٲDZ inglés depara a los aficionados tantos cambios de dirección como una montaña rusa.
Y rusa ha sido la sorpresa que se llevaron : fieles a esta costumbre de los cambios súbitos, Inglaterra ganaba a Rusia 1 a 0, con gran comodidad, pero de repente encajó dos goles. Adiós esperanzas.
La autopsia del cadáver comenzó un segundo después del silbato final.
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La selección de los candidatos a suele reflejar los prejuicios de los “expertos” antes que la calidad y rendimiento de los futbolistas.
Por supuesto que los 30 de la lista son buenos jugadores, pero varios de ellos tuvieron un año para el olvido y deberían dejar su lugar a otros que no están.
Fabio Cannavaro y la FIFA se siente en la obligación de incluirlo en la lista ahora, tras una campaña apenas satisfactoria con el Real Madrid, donde sí brilló Sergio Ramos, quien por supuesto no figura.
¿Tendrá en esto algo que ver el hecho de que Cannavaro sea italiano y Ramos español? Después de todo, un solo español, Fernando Torres, figura entre los treinta inmortales, de los cuales cinco son italianos.
En la copiosa representación del club Barcelona vemos a Messi, claro, y también a Deco, Ronaldinho, Eto´o, Henry, Thuram y Márquez, pero no a Iniesta, quien se merece la distinción más que dos o tres de ellos. ¿Se debe esta omisión a su nacionalidad española o al hecho de que Rijkaard no se decida a confirmarlo como titular?
Si es lo segundo, ¿por qué los sabios de la FIFA incluyen a Riquelme, a pesar de que ni siquiera juega en su club, el Villarreal?
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Ahora resulta que , tan buena, tan linda, tan simpática, era la mentirosa, mientras que , el responsable de la mayor operación de dopaje conocida en la historia del atletismo, decía la verdad.
Ella nos juró que nunca se había dopado. El nos contó con lujo de detalles cómo ella se inyectaba en su presencia.
Jones mintió durante varios años, en todos los niveles, a todo el mundo. Ahora se resigna a decir la verdad porque de otro modo habría ido a la cárcel por mucho tiempo.
La atleta, o ex atleta ahora, acaba de devolver las tres medallas de oro y dos de bronce que ganó en las Olimpiadas de Sydney, en 2000. Bueno, que robó, porque según su confesión de los otros días, había comenzado a doparse en 1999.
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El úٲDZ tiene virtudes, claro, pero hoy pensamos en uno de sus principales defectos: la simulación. El rugby tiene defectos, sí, pero hoy nos detenemos en una de sus principales virtudes: el estoicismo.
También vale la pena preguntarse por qué los futbolistas no se molestan en cantar (ni siquiera acompañar con los labios) el himno nacional en partidos internacionales, en contraste con cuando cantan el suyo a voz en cuello.
Y no olvidemos a los deportistas de países cuyo himno no tiene letra, como España, por ejemplo (volveremos a esto más adelante).
¿Es una cuestión de mayor o menor profesionalismo, o patriotismo, o responsabilidad? ¿De qué estamos hablando, precisamente?
Son culturas diferentes, así de simple.
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Lo mejor de este es que algunos protagonistas no se ciñen al argumento. En este caso, los rebeldes son y Fiji, que se han “colado” de buena ley en los cuartos de final, desplazando a Irlanda y Gales, los actores que habían reservado sus lugares de antemano.
Las jerarquías son importantes en un deporte como el rugby, donde todavía sobreviven no pocos dinosaurios que desconfían de los “advenedizos”, especialmente si no llegan con un buen tributo económico bajo el brazo.
El público internacional detecta estas transgresiones al orden preestablecido y las acompaña con entusiasmo. En Irlanda y en Gales no habrá muchos televisores encendidos durante el resto del campeonato, pero en muchos otros países lo que está ocurriendo es un crédito enorme para el deporte.
Un vistazo al deja en claro la manipulación de los “libretistas”: Argentina y Fiji sólo tuvieron tres días de descanso después del primer partido, en contraste con reposos más prolongados para los conocidos de siempre: Francia, ocho días; Inglaterra, cinco; Australia, seis; Gales, cinco; Nueva Zelanda, siete; Sudáfrica, cuatro.
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La realidad, ya se sabe, tiene los mejores guionistas, de esos que no trabajan en Hollywood porque allí sólo prosperan las ideas convencionales.
La realidad cotidiana requiere cosas asombrosas, historias traídas de los pelos, aventuras que bordeen o caigan en lo fantástico, lo grotesco, lo increíble.
Cómo lo de Ferrari/McLaren y Hamilton/Alonso en la Fórmula 1, por ejemplo, que ayer en Japón tuvo , con el español estrellándose y el inglés recibiendo la bandera a cuadros bajo la lluvia.
O el quedándose con el grupo “de la muerte” en el campeonato mundial, ganando todos sus partidos, entre ellos a los dos mejores equipos del hemisferio norte, Francia e Irlanda.
O , desahuciado hace unos días, despertando con tres goles al Levante después de varias fechas de numerosos remates desviados. Y es casi seguro que Ronaldinho nos deje con la boca abierta en su inminente reaparición. ¿O no decíamos casi todos que ya no servía para nada?
O el tupé de los dirigentes del Real Madrid, que como Moisés con los diez mandamientos, para presentar a sus jugadores un ridículo Libro del Buen Madridista, con un decálogo de buenos modales deportivos, según el modelo impuesto por esas empresas de vendedores ambulantes que deben dejar buena impresión en los clientes, más allá de la calidad del producto.
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