La diferencia entre Nole y Andy
Las interpretaciones abundan. Algunos sostienen que todo fue mérito de Novak Djokovic, otros señalan el desmoronamiento de Andy Murray.
Para el registro: Djokovic ganó la final masculina del Abierto de Australia, en cuatro sets: 6-7, 7-6, 6-3, 6-2. Adviertan el parejo rendimiento en puntos del ganador (6, 7, 6, 6) y la simultánea pérdida de impulso del perdedor (7, 6, 3, 2)
Muchos dicen que el serbio es un atleta fenomenal, de una gran fortaleza mental, mientras que el escocés, a pesar de sus últimos éxitos con la guía de Ivan Lendl (Juegos Olímpicos, Abierto de Estados Unidos), todavía está expuesto a soponcios repentinos, con lamentos, quejas y pérdida de vitalidad.
También comentan que la esencia del tenis moderno es, cada vez más, la recuperación tras el agotamiento por el esfuerzo anterior. Antes, no hace mucho, era la altura, la fuerza, la rapidez. Esto sigue siendo importante, pero si uno está cansado tras el partido del día anterior... Adiós victoria.
Murray ganó su semifinal ante Roger Federer en cinco sets, el viernes, mientras que Djokovic arrolló en tres sets a David Ferrer, el jueves.
پá
Los duelos deportivos suelen tener una dinámica de dominio alternado. En este caso, Murray demostró superioridad en el primer set y el comienzo del segundo, hasta que... una pluma de gaviota pareció cambiar todo.
Murray tenía el servicio en el tie-break del segundo set, con el marcador 2-2. Falló su primer servicio y cuando comenzaba a preparar el segundo vio descender una pluma, tal vez de gaviota, pequeña, blanca, insignificante.
"Claro que pude seguir con el saque... pero de repente vi la pluma y me distraje. Pensé que sería una buena idea librarme de ella, pero me equivoqué, porque hice una doble falta..."
Djokovic ganó ese tie-break 7-3 y el partido le resultó cada vez más fácil.
Nuevo instrumento
Los comentaristas señalan que, además de su formidable capacidad de recuperación tras un gran esfuerzo, Djokovic ha incorporado una nueva herramienta técnica: el deslizamiento en canchas duras, algo habitual en polvo de ladrillo pero muy raro en otras superficies.
Este deslizamiento permite recorrer más distancia con menos movimientos, y por consiguiente llegar más rápido a posiciones de ataque o defensa, así como reducir el blanco disponible para el golpe del adversario.
Andre Ágassi (para los más jóvenes ese señor calvo, con aspecto de inspector de escuelas, que saludaba a los finalistas durante la entrega de los premios) comentó a un colega del Times que el serbio es un experto en transformar la defensa en un arma ofensiva.
Defensa y ataque
El ex campeón estadounidense dijo que, en circunstancias normales, el que defiende debe transformar gradualmente la defensa en ataque. Esto es muy difícil y riesgoso, además de requerir su tiempo, de modo que lo más frecuente es que siga defendiéndose a la espera de un error de su adversario.
Pero Djokovic sólo necesita un golpe, un instante, para convertir un movimiento defensivo en un tiro de ataque. "Se trata de una evolución en el tenis", dijo Ágassi.
De modo que tenemos a un tenista con un formidable arsenal técnico, una férrea confianza en sí mismo, una adaptación física perfecta al juego moderno y una capacidad de recuperación que deja con la boca abierta a los expertos.
No se trata sólo de la recuperación entre los partidos de ayer y hoy, sino entre el punto perdido hace 30 segundos y el que se está jugando ahora.
Pasaporte biológico
La creciente importancia de este factor en la preparación de los tenistas ha llevado a reclamos para la introducción de medidas más severas para controlar posibles abusos.
El tenis introducirá este año el llamado "pasaporte biológico", así como frecuentes análisis de sangre, para equiparar el sistema de control al de otros deportes, como el atletismo y el ciclismo.
Conviene aclarar que Novak Djokovic, lo mismo que otros tenistas de primera fila, ha pedido en forma insistente la introducción de estas medidas.
El serbio declaró la semana pasada que no se le había practicado ningún análisis de sangre "en los últimos seis o siete meses".
Andy Murray, por su parte, dijo que en los últimos años sólo le habían extraído sangre entre cuatro y seis veces por año. También él pide un sistema más enérgico.
Un espectro
Volviendo a la pluma de gaviota... su caída no distrajo a Murray, por supuesto.
A Murray lo distrajo, un instante antes, la sospecha de que el partido estaba cambiando, que su rival le parecía más sólido que antes.
En ese instante supo o temió que iba a perder.
Se le apareció entonces el fantasma de la derrota, en la forma de una insignificante pluma blanca.
ComentariosAñada su comentario
El tenis, como todos los deportes, transita cada vez más al filo de la cornisa, mi querido don Lalo. Los niveles de exigencia y competitividad hacen muy difícil discernir la frontera donde empiezan las prácticas ilícitas en la preparación de los atletas. El llamado de Djokovic a la realización de exámenes obedece sin duda al conocimiento de lo que pasa en el entorno. Si no se toman medidas rigurosas el relativismo moral se convertirá en ley, como como bien se desprende de las declaraciones del ciclista Amstrong. " Es imperativo doparse si se pretende competir a esos niveles", es lo que se concluye de las declaraciones de este último.
Ah... esas visiones de plumas se entienden en un hombre como Bob Marley, proclive por convicción al consumo intensivo de Cannabis sativa, pero en un tenista del nivel de Murray entiende uno el afán de sus colegas en solicitar exámenes de laboratorio.
A mí no me parece que la recuperación tras el agotamiento por el esfuerzo anterior sea la esencia hoy en día del tenis moderno de lo contrario tendríamos a David Ferrer como campeón absoluto o a Roger Federer que solo estuvo antes de perder la semifinal con Murray alrededor de 7 horas en la cancha.
Acerca de Murray y la diferencia entre esté y Djokovic es de 11-7 como va la serie entre ellos (3-1 en grand slams ) y así de sencillo. Que Murray desde que Lendl lo entrena ha subido bastante es cierto y que aún le falta un largo camino con eso de las desconcentraciones en las fallas y reclamos para sí mismo, también es cierto. Recuerdo que justo cuando Murray cambio de entrenador todas esas manías desaparecieron pero el día de la final volvieron debido a la presión del jugador en una final de grand slam y es cuestión de carácter, mientras Djokovic es pura sangre fría, Andy Murray no tiene nervios de acero y quizás esa sea la diferencia, la mentalidad porque ambos son dos deportistas de otro mundo.
Y de la ampolla de Murray y el Doping ya mejor no hablamos. Solo por último recalcar que allí falta alguien y ese alguien que también se resbala por las canchas de forma increíble es Rafael Nadal.
Estimados Gustavo y Marceline,
-Las burocracias deportivas barren mucha porquería debajo de la alfombra y sería muy difícil que no ocurra esto en el tenis. El dinero que mueve es impresionante, acentuando así las tentaciones. Al mismo tiempo, escasea el dinero disponible para la mayoría de los profesionales, que son eliminados en las primeras rondas de los torneos importantes… esto también aumenta la presión. Nadie dice que ocurra algo similar a lo que vivió el ciclismo, pero de cualquier modo no hay que bajar la guardia.
-La recuperación y por supuesto un montón de otras cosas, que no vale la pena mencionar, como talento, energía, etc. En mi caso, si quieres un ejemplo, siempre me he recuperado con rapidez de los esfuerzos, pero el problema es que tengo como cien años y además no sé jugar al tenis, de modo que ni lo intento.
Siendo el tenis un deporte individual, es tan importante la preparación mental como la técnica y la preparación física. Con dos talentosos, técnicamente similares como Murray y Djokovic, la actitud, el temple, la concentración, hicieron la diferencia. El serbio juega a momentos muy agresivo, con un cuchillo entre los dientes y siempre resolutivo, pocas veces se le ve dudar, ya tiene la jugada previa en mente, como los ajedrecistas profesionales anticipan movimientos del adversario. Además está más acostumbrado a ganar, lleva más títulos levantados, eso da mucha seguridad. Al contrario, ver a Murray con su eterna cara de niño, da la impresión de ser un pollito recién salido del cascarón, así no da miedo. Cuántas veces no ha sufrido Federer ante Nadal, por la actitud inquebrantable del mallorquín siempre jugando al límite de la capacidad física. Muchos duelos se han decidido por el aparente bajón anímico del suizo. El domingo pasó algo similar.
Que Murray desde que Lendl lo entrena ha subido bastante es cierto y que aún le falta un largo camino con eso de las desconcentraciones en las fallas y reclamos para sí mismo, también es cierto.