El Cantar de Rafael Nadal
(Jack Dempsey, legendario campeón peso pesado)
(Carl Jung, colega de Sigmund Freud)
-Si Rafael Nadal fuera un libro, o un cuadro... ¿cuál sería?
Alguien lanzó la invitación en la tertulia de nuestro pub, The Black Lion. Habíamos estado hablando del octavo triunfo de Nadal en Roland Garros ¡en nueve años!, una hazaña que, tal como vienen las cosas, empalidecerá el año que viene, cuando sean ¡nueve en diez años!
Y ya nos repetíamos. Terminamos siendo injustos con el hombre, porque hablábamos de estadísticas, de esos números en columnas que deshumanizan. ¿No deberíamos hablar de la gloria? "Es que la emoción del juego estuvo en la semi, con Djokovic", fue la excusa.
No llegamos muy lejos con las comparaciones, claro, que hicimos en tren de broma.
Pensamos que el libro más adecuado sería algún Cantar de Gesta, de Roldán o el Mio Cid; de los cuadros, consideramos y rechazamos "Washington cruzando el Delaware" (mucha gente en el bote con el héroe) y "Napoleón cruzando los Alpes" (mucho caballo y poco hombre)(*).
Contamos esto porque los elogios convencionales ya no le caen bien a Rafael Nadal. ¿Qué decir? Los calificativos suenan apagados, como con sordina.
¿ձԲ?
Normalmente, una carrera deportiva evoluciona sin sobresaltos: aprendizaje, apogeo y decadencia. En contados casos, tras una lesión grave u otro contratiempo, el campeón, el gran campeón, vuelve y triunfa cuando casi todos lo daban por terminado.
Muchos dieron (o dimos) por terminado a Rafael Nadal. "Estaba escrito: su estilo de juego lo dejará sin rodillas/tobillos tarde o temprano", decían.
Cuando pierde una pelota importante, de esas que dan ánimo al adversario, Rafa le clava la mirada, una mirada asesina que los cameramen de la TV han aprendido a detectar. De esas miradas que los caricaturistas antiguos dibujaban con serpientes saliendo de los ojos.
Es una mirada premonitoria, un presagio de lo que le espera al insolente que ha ganado el punto.
Análisis técnico
Tomás de Cos, un comentarista del diario AS, enumeró en la superficie de París: potencia, defensa/contraataque, ensancha la pista, su golpeo liftado reduce el obstáculo de la red, excelencia en intercambios largos, buena lectura del juego, movilidad, fortaleza mental, juego con mano izquierda, su tenacidad.
La final, que Nadal ganó holgadamente (6-3, 6-2, 6-3) al excelente David Ferrer, fue un anticlímax, tras la semi con Novak Djokovic (6-4, 3-6, 6-1, 6-7, 9-7), pero sirve para resaltar el poderío del tenis español, otra de las comprobaciones ineludibles del fin de semana, sin olvidar, ya que estamos con españoles, la arremetida de Fernando Alonso con su Ferrari en el Gran Premio de Montreal.
De Cos hace un buen resumen de los elementos técnicos del juego de Rafael Nadal, pero cómo explicar lo del tenis español en general, que tiene 13 jugadores entre los primeros 100 del ranking.
Opinión de Cash
Para Cash los jóvenes españoles compiten como adultos.
Tras destacar que el tenis francés (y el inglés por supuesto) tiene mucho más dinero que el español, señaló otra estadística reveladora: "En el torneo de juveniles de Roland Garros hubo 12 chicos franceses, cuatro australianos, tres de Gran Bretaña y tres de Estados Unidos. ¿Cuántos españoles? Apenas uno".
¿Y por qué? Pues porque los chicos españoles, dice Cash, ya no se interesan por los torneos de juveniles, se concentran "en la red ultra competitiva de torneos de tierra batida en su país", en los que compiten con adultos y se acostumbran a apretar los dientes para ganar.
(Aclaremos que mucha gente considerará esto un defecto y no una virtud del sistema.)
Un chico de 14
Nadal en 2006, cuando superó el récord de Guillermo Villas de más partidos ganados consecutivamente sobre tierra batida.
El chico era Nadal, por supuesto, y peloteó a Cash en forma tanto o más despiadada de lo que hubiera hecho Becker.
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(*) Me refiero a dimensiones en la composición plástica, no a la personalidad del hombre. Ver comentarios #4 y #5
ComentariosAñada su comentario
Soy un admirador de Rafael Nadal desde sus inicios; pretender buscar un calificativo que reúna todas sus cualidades no sólo como tenista sino como persona sería harto difícil, muchas personas lo cuestionaban anteriormente porque decían que sólo se defendía para tratar de desmeritar los logros que iba obteniendo de a poco, el tiempo demostró cuan equivocados estaban éstas personas, sin lugar a dudas Rafael Nadal rompió todos los mitos, un periodista había dicho durante la transmisión del último partido del torneo Roland Garros que debían cambiar el nombre del estadio por el de Rafael Nadal, se lo merece y lejos.
"La soledad del portero ante el penalty", de Peter Handke. Es el libro que me viene a la memoria, pensando en su invitación, mi querido don Lalo. Suena a Oxímoron , pero es una mezcla de ansiedad y serenidad lo que uno adivina en la mirada y los gestos de Nadal cuando apresta a jugar un punto definitivo. Como si la calma del zen y la sangre ardiente del guerrero se juntaran para hacer posible lo impensable: regresar triunfante en un mundo que, como el del tenis en particular y el deporte en general, está lleno de cadáveres ilustres.
Cuando estuve en Mallorca vivía a unos de 20 kilómetros de la ciudad natal de Nadal, Manacor. Solo tuve una ocasión de verlo a lo lejos, cuando le hacían un reconocimiento de su municipio. A pesar de ser la figura más mediática de su isla, es un chaval de lo más normal y tranquilo. Todo el mundo lo respeta y lo aprecia. Tiene esa estampa de un hijo más del pueblo. Aunque seguramente muchas mujeres bellas lo han asediado, él sigue enamorado de su novia de toda la vida, por supuesto otra manacorí. Sencillo como pocos, a una edad tan temprana que no haya perdido el norte, considerando su fama, trayectoria y fortuna personal es muy remarcable. Esto último habla de lo importante que es el núcleo familiar como respaldo para un deportista, especialmente en disciplinas individuales como el tenis que tiene mucha exigencia mental y psicológica. Ya conocemos por demás toda la parte deportiva del gran Rafa, pero quería resaltar la parte humana de cómo se construye un gran campeón. Por cierto, será casualidad o no, en la pequeña isla de Mallorca hay mas canchas de tenis que campos de úٲDZ (el Mallorca pocas veces llenaba su estadio) y no es novedad que chicos de toda Europa, especialmente alemanes, lleguen para tomar clases de tenis. Saludos.
Con el mayor respeto, aunque no soy francés, no me agradó su chiste sobre Napoleón; me hizo recordar que el propio Corso le recordó a uno de sus subordinados que "La Grandeza de los hombres se mide de la frente al cielo"; el caballo era grande, pero el hombre ganó batallas increíbles dirigiendo ejércitos con la destreza de un artista, y haciendo que sus soldados se sintieran dirigidos por un dios; pocos hombes en la histora de la humanidad lo han logrado, aun cuando midan siete pies de estatura, pesen 350 libras y puedan tomarse toda la cerveza que quieran en un PUB (esos cuando más lograrán tener la panza de un hipopótamo, y aumentar el caudal del Támesis cuando alivien sus esfinteres) Por lo demás, es indudable que Nadal es muy bueno, y que además, logró sobreponerse a las lesiones que ha sufrido. Ojalá pueda seguir teniendo esos resultados, hasta que aparezca un nuevo muchacho, con igual o mas ganas de gloria, y comience a escribir una nueva historia.
Estimados amigos,
-Cristóbal: No creo que las autoridades de Roland Garros bauticen el estadio con el nombre de Nadal, porque sería menoscabar el homenaje a un héroe de guerra francés, Monsieur Roland Garros.
-Gustavo: Sí, tenista y guardavallas comparten cierto tipo de soledad. Y curiosamente se trata de una soledad de dos, ya que el tenista enfrenta a otro solitario, como él, mientras que el portero, particularmente en el momento del penalti, que dices, también comparte la soledad con otro personaje “diferente”, no tan “outsider” como él, pero casi. Gracias por recordarme de Handke.
-José: Excelente semblanza de personaje y descripción de su pueblo. Yo pasé por Manacor, cuando Rafael era muy niño. Hasta visité una fábrica de perlas, una especialidad del lugar. Pero Rafael Nadal no es de plástico ni de cerámica: proviene de una madreperla legítima.
-Enrique: Perdóname, no fue mi intención burlarme de Napoleón, un personaje al que admiro. Solo quise referirme a que la composición del cuadro de David es un poco forzada, porque, como suele ser el caso en retratos ecuestres, el tamaño del caballo (a pesar de que el artista lo reduce drásticamente) resta fuerza a la imagen del hombre. Es un viejo problema en arte, pero me doy cuenta de que el texto del blog puede llevar a creer que quise desmerecer a Napoleón. Le he pedido a mi editor que incluya una aclaración. Muchas gracias.