En las 煤ltimas semanas no he parado de escribir notas para 大象传媒 Mundo sobre el programa nuclear iran铆, las pruebas de misiles norcoreanos, los secuestros de soldados israel铆es por parte de Hamas y Hezbol谩 y los bombardeos israel铆es respectivos.
Por eso prefer铆 en estos d铆as escribir el blog sobre orqu铆deas y bicicletas. Eso sumado al excelente trabajo de desde L铆bano, cuyas cr贸nicas desde el lugar de los hechos valen mucho m谩s de lo que uno pueda escribir a miles de kil贸metros.
Pero, por absoluta coincidencia, los dos 煤ltimos libros que le铆 tratan sobre batallas y muertes, como si la guerra exigiera una atenci贸n exclusiva y bloqueara todas las v铆as de escape.
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Este jueves 20 de julio del a帽o 2006 he tomado la primer clase de manejo de mi vida.
Nacido en una ciudad como Buenos Aires, con padres que no sab铆an manejar y hu茅rfano de hermanos mayores, no tuve jam谩s la necesidad o la inclinaci贸n de ponerme detr谩s de un volante, pero Miami me ha obligado a repensar mi condici贸n de peat贸n.
Por un lado le estoy agradecido, ya que aprender a conducir era una asignatura pendiente, pero tambi茅n le guardo cierto resentimiento a la ciudad, porque su culto al autom贸vil en detrimento de cualquier otro tipo de transporte me parece excesivo.
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La 煤nica vez en mi vida que escuch茅 hablar de orqu铆deas fue durante mi infancia, una vez que se me ocurri贸 preguntar -en esa serie de interrogantes tan caracter铆sticos de la ni帽ez donde todo empieza con por qu茅, cu谩ndo y c贸mo- 驴cu谩l era la flor m谩s cara de todas?: "La orqu铆dea", me respondieron.
Satisfecho con la respuesta, no volv铆 jam谩s a investigar sobre esta clase aristocr谩tica de flores, pero cuando llegu茅 a Miami me vi rodeado por miles de orqu铆deas en las calles, tiendas, revistas y exhibiciones.
Asombrado por tanta fascinaci贸n, comenc茅 a hacer preguntas y no par茅 hasta encontarar una respuesta definitiva: "La orqu铆dea es un vicio", me dijo Aleida 脕lvarez y luego me vendi贸 una por 20 d贸lares.
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Mi colega, amigo y cu帽ado deja Londres luego de 6 a帽os y regresa a Buenos Aires como corresponsal de la 大象传媒 para el Cono Sur.
Max y Mariana, mi prima, est谩n ansiosos y temerosos por la vuelta. Ansiosos por sentirse en casa despu茅s de tanto tiempo, temerosos por no saber si la ciudad donde nacieron sigue siendo su casa.
En los largos inviernos londinenses charlamos con ellos y otros amigos sobre el regreso, discutimos si era posible o ilusorio recuperar la pertenencia y juntamos, pacientemente, literatura a favor y en contra de volver. He aqu铆 algunos ejemplos...
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