Volver a los trenes
La semana pasada les contaba del metro de Londres, de su obscuro papel como basamento de todo lo que existe en la superficie, ahora quiero hablarles de la luz, del romanticismo... de los trenes.
En esta ciudad, o mejor dicho en sus antiquísimas estaciones ferroviarias, yo recuperé el sentido de la aventura al subirme a un tren, la excitación del viaje desde el momento de la partida, algo que tanta burocracia y vigilancia en los aeropuertos han destruido en la antesala de volar.
No es casualidad que dos de las historias infantiles más famosas escritas en esta isla, las Crónicas de Narnia y Harry Potter, tengan como condición necesaria de la fantasía a una locomotora y un grupo de vagones fieles.
Cuando yo era niño amaba los trenes, las estaciones y ese ruido tan particular de locomotoras y rieles, pero en mi adolescencia dos factores muy disímiles me alejaron de los andenes: los aviones y el neoliberalismo.
A los 12 años comencé a volar con frecuencia debido a que mi padre se había mudado a otra ciudad. Fascinado por la velocidad del despegue, la potencia de las turbinas y el rock and roll de la turbulencia, el tren, con su lentitud y su incapacidad de independizarse del suelo, quedó rezagado como juguete de la infancia.
Pero si mi amor no hubiera sido tan débil y el encanto no hubiese sucumbido a la novedad, mi relación con los trenes igual estaba condenada al fracaso por una pasión que abrazó a los argentinos durante la década del 90: reducir el Estado a su mínima expresión.
Lo que se podía vender se privatizaba y lo que daba pérdidas, como los ferrocarriles de larga distancia, desaparecía, sin importar cuántos pueblos en el interior del país -que vivían gracias al paso de los trenes- desaparecían con ellos.
Los británicos, que saben un poco más de trenes ya que al fin y al cabo los inventaron, poseen una red ferroviaria que no deja prácticamente ciudad, pueblo o localidad sin su estación, pero no todo marcha sobre rieles en esta isla.
El surgimiento de las aerolíneas "baratas" (aquellas que no ofrecen comida, utilizan muchas veces aeropuertos secundarios y ofrecen menos comodidades que las compañías tradicionales) más la privatización de sus ferrocarriles ha dado como resultado lo que hace algunos años era imposible de concebir:
Es más económico volar que viajar en tren.
El éxito de estas líneas provocó, junto con otros factores como el resurgimiento de la industria de los ferrys, que el Eurostar, el tren que une Gran Bretaña con el continente europeo por debajo del Canal de la Mancha, no alcanzara un tercio del número de pasajeros proyectados por año (la predicción "optimista" era de 21 millones).
En temporada baja y con una compra anticipada (o en ocasiones, de último minuto) se puede obtener un pasaje a cualquier ciudad europea por menos de 30 o 40 libras (unos 60 dólares), mientras que un viaje en tren a una ciudad británica alejada no baja de las 50 o 60 libras.
Si Harry Potter (o su autora ) no fuera millonario, posiblemente volaría en una de estas líneas a su escuela de magia ubicada en el norte de Gran Bretaña, en lugar de tomar todos los años el tren en el andén 9 1/2 de King Cross.
En cambio, los cuatro hermanos Pevensie creados por la pluma de CS Lewis, no tienen otra opción que abandonar Londres arriba de un ferrocarril durante la Segunda Guerra Mundial, con la aviación alemana dominando los cielos y bombardeando todo lo que queda en tierra.
Tanto en la historia del joven mago como en las Crónicas de Narnia, el tren merece la nominación como mejor actor de reparto. Porque si bien la magia es la gran protagonista de la primera y el ropero es la puerta al otro mundo en la segunda, las aventuras de los personajes comienzan cuando dejan Londres en un ferrocarril y se internan en la campiña británica.
Aquí, en Londres, uno vuelve a los trenes, a la fantasía de viajar que teníamos de niños, con el asombro garantizado en el boleto y la primera intuición de un destino.
Gracias a los trenes conocí Oxford, Cambridge, Brighton, Rye, Swansea en Gales, Edimburgo y las tierras altas escocesas. El pasado fin de semana, como quien regresa a un viejo amor, me subí a uno con destino Windemere, en el distrito de los lagos, donde casualmente vivió otra de las grandes autoras británicas de historias infantiles, .
Como si se tratara de un homenaje a la ingenuidad y la creatividad de la autora de Peter Rabbit, Windemere conserva sus casas de piedra negra, los senderos angostos en bosques eternos, los jardines donde "nacieron" personajes como Jemima Puddle-Duck y Tom Kitten, y un hermoso
que lleva en sus vagones de madera a los turistas que visitan la región.
Yo no sé si este regreso a los trenes se debe -como aquel primer alejamiento- a una cuestión de edad. Si la fascinación por los despuegues y los aterrizajes no se esfuma con los años y uno se cansa de tanta turbulencia, tanta terminal de aeropuerto, tanto control de seguridad despiadado.
Será tal vez que pasados los 30, la lentitud del ferrocarril se transforma en una virtud en lugar de un defecto. Es una oportunidad para el viajero. Un tiempo para reflexionar y redescubrir a través de una ventana lo que nos perdimos viajando por los aires a velocidades inhumanas.
Sea lo que sea, es bueno estar nuevamente sobre rieles, sin preocuparse por el cinturón de seguridad y con la mirada puesta en la próxima estación.
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Estoy de acuerdo contigo, justamente a mi me toca subirme a otro avión en una semana, pasar por todos esos controles de seguridad y enlatarme durante 12 horas en un avión no es -ya- uno de mis maximos sueños, hace mucho que dejó de ser mi medio de transporte preferido... será la edad? será lo complicado que es ahora viajar por avión? quien sabe...
Si el tren es uno de los medios favoritos, mas en los viajes de larga distancia, en Argentina podias viajar en el servicio de camarote que era algo fabuloso, pero lamentablemente, el neoliberalismo de la mano de politicos privatistas desmantelaron el tren dejando a poblaciones rurales practicamente muertas y un tendal de 90000 personas sin trabajo.
totalmente de acuerdo y siento que la entrada en la edad adulta nos roba la capacidad lúdica de nuestro primer viaje en aquel misteriosos, bullicioso y hermoso medio de transporte, la rapidez nos está quitando nuestros sueños y esperanzas y nadie mejor para hacerlo que los gigantes pájaros que nos llevan a un mundo inpersonal, silenciosos y lleno del temor del momento del despegue.
Que viva por siempre el recuerdo de aquel pitazo que nos daba los sueños del viaje por venir a tavés de una ventana polvorosa de un tren, quizás para muchos con nuestros padres.
Puede ser que por esa ansiedad por lo "fast" el ser humano tenga la necesidad de dejar esa carrera loca y detenerse a disfrutar un viaje, una cena, una conversación.
Es la filosofía del "Slowly", disfrutar la vida, ser eficiente pero como decirmos por acá: "llevarla suave"...
No preocuparse por la velocidad, sino por la calidad. Eso hacen los trenes.
El tren, creador de pueblos, abridor de espacios, alegría de niños cuando pasa chirriando los rieles. El de los horarios exactos. Era el tren, que los ingleses instalaron en Argentina, que íbamos a la estación los martes a comprar "crítica" para enterarnos de los partidos del domingo. Eso era en Líbaros,un pueblito de hoy 220 habitantes en la provincia de Entre Ríos. Tengo en mi mano un cartet, abono de 2a. clase para viajar todos los días desde Líbaros a Basavilbaso, distante a 16 Km. y sabes a qué iba? a la escuela, a cuarto grado. Está con mi foto, la verdad que era un chico muy bonito, ahora lo redescubro. Tiene la fecha:válido desde el 18 al 30 Sept. de 1936..Un primero de Mayo de 1948? desde Plaza de Mayo Perón dijo: Desde este momento los ferrocarriles son argentinos...y el pueblo bramó.....y se acabaron los horarios exactos, y muchas cosas más....Tengo historias que les contaré...saludos
Para mi es algo (como) poetico, eso de poder ir a europa y recorrerla en tren.
Matías la verdad es que yo tengo más experiencias con aviones que con trenes...y amo los aviones...en Venezuela los trenes desaparecieron hace muchos años, mi generación no los conoció, aunque hace unos meses que se inició un tren hacia una ciudad cercana a Caracas y hay más proyectos, pero lo cierto es que no guardo ese encanto especial por los trenes....
Cuando viví en España si usé muchos trenes, y me encantaba sentarme en la ventana para ver las montañas, los olivos y el verde ... pasar y pasar hasta llegar a mi destino, escuchar ese silbido del tren y ver cómo la vida pasa de andén en andén...tienen un encanto especial!!
Un abrazote
:)
el periodico tiene fama asta en colombia
los trenes pueden ser una via muy buena de viaje y me encantaria la verdad yo nunca he montado en uno pero creo que seria divertido y ademas puede ayudar a las personas que no puedan viajar en avion.
que bueno recordar y conoser por medio de esta ragina la leyenda de sus trenes biejos y ahora los los novedosos me gustaria poder conoser ese gran pais y poder montar en los trenes.
Estimado amigo: Su comentario me es muy familiar porque yo trabajé durante algunos años en una empresa de Trenes; posteriormente a mi padre que también fue trabajador de Trenes. Cierto que la necesidad de velocidad en la vida moderna prioriza al aviòn como medio de transporte idòneo. Pero economicamente hablando, los trenes no deben ser eliminados; porque es el ùnico medio de transporte masivo que une a todos los puntos de la parte terrestre del mundo. (Ensoñaciones aparte). Gracias por su blog. Saludos,
A mi me parece que no debemos hablar de los trenes como algo "nostalgico" del pasado, en europa, en japon, en china es uno de los prinicipales medios de transporte rivalizando a veces con el avion...
Pero en America latina aun seguimos pensando en los trenes como aquellos pesados (aunque entrañables) vehiculos que hacian chirriar los rieles.Aca en uruguay tambien al ser nacionalizados pasaron a ser ineficientes, impuntuales y todas las virtudes del tren administrados por los ingleses desaparecieron bajo la ireesponsiblidad y la corrupcion tan tipìca de nuestra region
Creo que el ferrocarril esta pasando por una etapa de resurgimiento, debido a que es un medio de transporte mucho mas ecologico, economico y comodo que el avion. y si los vemos para trasladarnos en distancias medias, no es demasiada la diferencia de tiempo que ganamos con respecto al avion donde tenemos que presentarnos dos o tres horas antes para sufrir esa especie de analisis medico invasivo para viajar enlatados en un ataud de aluminio volador.
Arriba los Trenes!
Creo que viajar en tren es diferente, yo lo hice solamente una vez, antes de que el tren desaparezca casi por completo en Ecuador, ahora se ve la línea ferrea semi destruida y cerca de donde vivo hay una estaciíon con locomotoras abandonadas.
Si es triste ver ese espectáculo de lo que fue una vez.
SAludos
Cuando pienso en el tren, más se me viene la idea del tren sonoro que traquetea sobre las rieles que los modernos y ultraveloces. Nunca olvidaré cuando pequeña el despertar a las 6 de la madrugada con el sonido del pito del tren que anunciaba su llegada, la estación no estaba cerca pero a esa hora habia tanta calma que se podia escuchar.
Más tarde fuimos con mis hijos pequeños y sobrinos en un día de aventura en tren y conservo las fotografías de todos los chicos apareciendo por las ventanas de un precioso vagón rojo, todo de madera y con letras doradas; hoy esos vagones y su locomotora están en alguna parte en Quito, pues decidieron que esas piezas deben ir a la capital, y los cuencanos nos las dejamos quitar mansamente, pues nuestras autoridades no las supieron valorar.
Ahora entiendo la fascinación de mi pequeña por los trenes, desde que era casi bebé le encantan los trenes. Le compramos un trenecito a control remoto y ha sido su juguete favorito, pero ya te imaginarás su rostro cuando vió EL EXPRESO POLAR, no daba crédito a lo que sus ojitos veían. Ahora que tiene 3 años me insiste en que se quiere subir a un tren, realmente me conmueve, aquí en campeche no hay trenes, pero después de leer tus letras entiendo que a sofia leha quedado muy claro que un tren es un viaje seguro y está deseosa de la siguiente estación.
Besos.
Soy ferroviario, nací en el Policlínico Ferroviario de Buenos Aires.
Como diría Toynbee, el tren es el mejor trasnporte del mundo.
Saludos.
Realmente sola una vez en la vida he utilizado el Tren y aunque estaba bastante pequeña ha sido una de las experiencias más maravillosas que he vivido. Mi hijo de 4 años esta fascinado por los trenes es fanatico de Tomas & Sus Amigos. Tiene muchos trencitos, pistas diferentes y la verdad es que los 2 disfrutamos mucho jugando a los trencitos. Lamentablemente aca en Guatemala ya no existen trenes de pasajeros. Ojala algún día tenga la oportunidad de volver a viajar en tren y esta vez espero hacerlo en compañia de mi hijo y mi esposo.
Siempre soñé con viajar en tren, pero solo era eso, un sueño, porque en Venezuela nunca pude conocer uno, más allá de unas fotos y unos rieles oxidados que quedaron como constancia que una vez existieron. Mi encuentro con el tren fue en Inglaterra, vivía en un pequeño pueblo llamado Horsham y me trasladaba en tren diariamente a Londres; casi una hora de viaje. Más allá del montón de libras que ese trayecto implicaba, ese paisaje en movimiento que se iba transformando de verdes y ovejas característicos de los suburbios a edificios ocres con chimeneas como las de Mary Poppins, valía la pena. Luego recorrería en rieles muchos destinos, donde nunca faltaba un cuadernito de anotaciones y un café. Es lo que dices Matías, es un modo de transporte romántico y con una lentitud necesaria entre tanta velocidad, un "break" para el silencio y el encuentro con ese "uno mismo" perdido entre tanto bullicio. Gracias por consentirnos con tus crónicas que nos hacen revalorizar lo cotidiano.
Hablamos de rapidez y solo pensamos en aviones, pero ahora viene el tren rápido...
cuánto cambiará este nuevo desarrollo nuestras experiencias en el tren?
Será aún posible despertar aún todas esas ensoñaciones a través de la ventana mientras viajamos?
Un comentario pequeño, no del todo en el tema.
Si tomas el tren en la 9 1/2 de King Cross tienes el peligro de no llegar a la escuela de Harry Potter, sino tal vez a Azkaban; pues el tren hacia la escuela sale de la plataforma 9 3/4.
Soy fanatico de los trenes de Argentina y admirador de los trenes del Reino Unido.
Ademas me dedico a los modelos en escala. El solo hecho de ver una locomotora a vapor -en cualquier lugar del mundo- en movimiento, produce una sensacion de placer, una caricia al alma, como diria un amigo.
Con el tren existe un romance, la mayoria de los hechos romanticos se desarrollaron en las peliculas en estaciones de tren. No existe gente que vaya a una terminal de Buses a ver salir y llegar los mismos, cosa que si ocurre para ver llegar y salir trenes.
Puede ser que den perdidas economicas, pero hay algo que da ganancia: el placer de verlos deslizarse por la via, es como la primera caricia de una madre a su hijo.
Estimado Matias, hoy hice un viaje turístico en un autoferro (una mezcla de tren con autobús) destartalado sobre una linea férrea oxidada y las estaciones destruidas; en medio de un servicio pésimo; todo esto a cargo del Estado Ecuatoriano. Una experiencia que no la repetiré. Si en tu país la privatización mato a este medio de transporte, acá el Estado lo mato de a poco a lo largo de años de ineficiencia, falta de inversión y dejadez. Personalmente me parece un medio espectacular de transporte, tuve la oportunidad de viajar por Europa por tren, una experiencia inolvidable. Lo único que me quedo ahora de recuerdo son los espectaculares paisajes de mi país.
Mis padres, abuelos y profesores hablan con nostalgia de cuando en México el servicio de trenes era de lo mejor y barato. Curiosamente en mi niñez los veía pasar por el pueblo y en mi adolescencia con mis amigos, viajamos ina ocasión desde nuestra escuela -a unos 20 km. hasta el pueblo por la misma cantidad con la que comprábamos un par de caramelos. Luego desapareció.
Fuen en Buenos Aires en 2004 que lo volví a usar en varias ocasiones. Quiero pensar que el tren con algunas "adaptaciones" a nuestra época no tendría que verse como algo nostálgico. No a toda la gente le gusta volar, en lineas de bajo costo me ha tocado viajar con personas que se aterrorizan con las turbulencias, con el aterrizaje y el despegue. Creo que hay lugar para todos, como le digo a toda la gente que piensa que con las "Low Cost" los autobuses desaparecerán. Saludos a todos!