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Un lugar para sentarse

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Matias Zibell | 2008-01-16, 21:00

Mezquita de Ibn Tulun
El Cairo, como toda ciudad que se precie, está plagado de asientos. En los paseos a la orilla del Nilo, en los cafés donde se toma té, en los autobuses llenos de gente y los taxis compartidos, nunca falta un espacio donde renunciar a estar parado.

Pero cuando hablo de un lugar para sentarse no me refiero a sillas ni a bancos. Hablo de esos rincones que uno busca en esta rutina de constante movimiento para detenerse y tirar el ancla por unos minutos, hasta que la culpa de estar quietos nos obligue nuevamente a caminar.

Tras seis meses de vivir en la capital egipcia encontré uno de estos lugares en el inmenso patio de la mezquita de Ibn Tulun. Dirán que tardé demasiado, pero no es fácil hallar un sitio donde hacer un alto y ver pasar la vida por unos instantes. Estos paréntesis espaciales de las corridas temporales deben reunir ciertas características...

El primer lugar para sentarme lo "fundé" en mi adolescencia, época en la que uno busca absolutamente todo, desde asientos hasta identidades.

Era un monumento que se erigía en lo alto de una plaza pública en Buenos Aires (no recuerdo el nombre del prócer inmortalizado en la escultura) con una vista magnífica a las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta y un pequeño sendero que bordeaba la embajada británica y terminaba, tras mucho caminar, en la plaza de La Recoleta.

Allí me escapaba por las tardes a leer, ver chicas en mini-falda, tomar sol, divagar sobre todo lo que había aprendido de la vida y trazar el rumbo que habrían de tomar mis pasos. De más estar decir que no sabía nada de la vida y que sabía menos aún de lo que me esperaba.

Como ese fue el sitio fundacional, siempre he pensado que estos lugares para sentarse deben estar al aire libre, corriente ideológica que choca de frente con aquellos que ubican estos espacios de reflexión en la mesa de un café o en la barra de un bar, viendo pasar la gente por la ventana entre las nubes que forman los cigarrillos.

Contra esta ideología del espacio cerrado -plagado de voces y ruidos tazas que chocan con cucharas- levanto además la bandera del silencio, no absoluto, porque sabemos que eso es imposible, pero al menos manejable.

La calma es necesaria para escuchar a todas esas voces que se han ido congregando con los días en nuestra cabeza, manifestándose en masa para ser escuchadas entre tanta alarma de despertador y llamados de teléfono.

La mezquita de Ibn Tulun es uno de los pocos sitios públicos donde uno puede estar en silencio en la ruidosa dinámica del Cairo. Pertenece al
lado "B" de los lugares, esos sitios de los que ya hemos hablado con anterioridad que no están primeros en la lista de prioridades de las agencias de turismo.

Son esos monumentos, paseos o templos que sólo visitamos si vivimos en la ciudad por un tiempo prolongado. Nadie encontrará en una guía de Egipto el consejo -o la orden- de no perderse las Pirámides, el Museo Egipcio y la Mezquita de Ibn Tulun.

(Hay que agregar que la ausencia de masas de turistas colabora para que el inmenso patio de la mezquita califique como un lugar para sentarse).

Fue construida entre el 876 y el 879 de nuestra época por Ibn Tulun, que fue enviado desde el califato de Bagdad al Cairo en el siglo IX para gobernar esta nación. Según la información de mi guía, que la menciona aunque no la destaca, su construcción tomó como inspiración la Mezquita de Samarra en Irak y todo el templo ocupa unas dos hectáreas y media.

Al se asciende por una escalera externa pero yo preferí no subir, ya que antes había trepado al minarete de la mezquita vecina a la que confundí con Ibn Tulun. El error me permitió al menos tomar una
del patio principal de mi errado destino.

En este espacio inmenso flanqueado por arcos y ocres uno puede sentarse a ver como el Sol se burla de los que se obstinan por seguir parados dibujando
de sus cuerpos erguidos.

Yo me senté a descansar mientras mi hijo aprovechaba la ausencia de obstáculos para
como un avión que despega y da sus primeros pasos.

Y pensé en el 2008, en el trabajo que me esperaba con la gira de George Bush por Medio Oriente, en un viaje al desierto que quiero hacer antes de que comiencen las tormentas de arena, en la velocidad a la que crece mi hijo, en la necesidad de mi mujer de volver a Ecuador por unos meses, en las elecciones en Pakistán que tal vez viaje a cubrir en febrero y después en la nada...

Al rato llegó la prisa, el toque de Diana, la necesidad de alistarse nuevamente y marchar erguido, un, dos, tres, un dos, tres, correr a Joaquín, llamar a
Sad para que nos recoja con el taxi, planear la cena y preparar la mochila para ir a la oficina al otro día.

Pero por unos minutos, en esta ciudad que nunca se detiene, yo me había detenido.

Nadie, ni siquiera la culpa y el apuro, me podrán quitar ya mi lugar para sentarme en El Cairo.

Y ustedes ¿Tienen un lugar para sentarse?

Si quieren ver más fotos de Ibn Tulun pueden hacerlo en el espacio que hemos abierto con ý Mundo en Flickr,

ComentariosAñada su comentario

  • 1. A las 02:43 PM del 16 Ene 2008, San ó:

    yo tengo mi lugar y hasta ahora que lo mencionas no me había dado cuenta, ese lugar en donde se piensa y se está... no es el de siempre, este ha cambiado conforme han cambiado los lugares que frecuento... aunque mi lugar de este momento es una cafetería, en una terraza al aire libre, no sé como lo tomé, no sé como lo encontré, mucho menos se desde cuando, aunque no sería dificil deducirlo.

  • 2. A las 03:53 PM del 16 Ene 2008, Lorena ó:

    Hola Matias, me gusta bastante leer tu blog.

    Cuando vivia en Merida (Vzl) solia tener ese sitio, aunque no iba si acaso 4 veces al año. Era un rincon de la catedral, y mira que no soy religiosa, pero solia ir alli con mi mama de pequeña, asi que eso se quedo conmigo siempre.
    Ahora que vivo en Canada, aun no lo he encontrado. Quizas deba buscarlo al aire libre como tu hiciste, pero ya sera en Mayo, ahora esta un poco frio para quedarse afuera :)

  • 3. A las 06:43 PM del 16 Ene 2008, Matilde Parra ó:

    Matías desde hace ya algunos años he seguido tu ejercicio comunicacional,es interesante leer tus blog porque tu relato no es empalagoso sino que ameno,se puede apreciar de que compartes tus labores junto a tu esposa e hijo.Es necesario que hagamos un alto en el camino del quehacer diario,transmutar lo negativo y volver a energizarse,en lo personal me agrada visitar una campiña parecida a las de Londres y caminar descalza,es decir hacer contacto con la madre tierra y sus demás elementos que nos acompañan al aire libre,visitar iglesias también lo realiza cualquiera sea su denominación lo que cambia es el nombre de Dios pero la espiritualidad es la misma.

  • 4. A las 05:09 PM del 17 Ene 2008, Sandro ó:

    Ѳí,

    Una suerte de que lo hayan asignado a un lugar cargado de historia y peculiaridades...

    Saludos, desde Lima, Perú

  • 5. A las 06:17 PM del 17 Ene 2008, Roser ó:

    Me encanta leer tu blog y el de hoy especialmente! He necesitado de esos espacios desde niña, aunque han cambiado continuamente. Los hay abiertos (me encanta "malgastar" el tiempo en la playa, en un parque, en un caminito...) y los hay cerrados (esas cafeterías más o menos tranquilas) ya que soy capaz de asimilar el ruido de voces y cucharillas hasta abstraerme de él. El más especial? La bañera! Como si después de un buen rato de reflexión las preocupaciones pudieran disolverse en el agua y, al tirar luego del tapón, irse por el desagüe.

  • 6. A las 07:38 PM del 17 Ene 2008, Rao ó:

    ¡Que grato relato! Hoy en día vivimos en ciudades tan convulsionadas que nos cuesta deternernos un momento. Vivo en Caracas y en aqui es díficil encontrar un lugar donde sentarse, especialmente al aire libre los cuales coincido en decir que son los mejores, y más aún una persona con quien disfrutar del "silencio" de esos espacios, afortunadamente hace poco menos de dos años encontré ese alguien con contemplar la vida sentados en un banco del San Ignacio o de la Plaza Altamira. Quizás seamos un par de "tipos raros" en esta metropolis que no se detiene, pero como lo disfrutamos.

  • 7. A las 08:24 PM del 17 Ene 2008, Alejandro Vakèen ó:

    Matias, reitero mi convencimiento de que eres el hombre indicado para el Servicio Latinoamericano en ese lugar del mundo, genial tu narracion, y bueno que lastima que no bailes salsa.

    Alejandro

  • 8. A las 04:23 PM del 18 Ene 2008, Joel y Ethan Coen ó:

    Cuando era niña viví en León, una pequeña ciudad colonial de Nicaragua, ese es un lugar que te estimula a caminar por sus calles, pero tiene en abundancia lugares que de la misma forma te invitan a sentarte y ver pasar todo, aunque después deba uno levantarse y como saliendo del tranquilo peréntesis en que nos encontramos, volver al bullicio de las cosas.

  • 9. A las 05:47 PM del 18 Ene 2008, tesne ó:

    siempre es bueno encontrar un sitio así, en el que uno pueda estar un rato solo y pensar un poco... como dice: detenerse.

  • 10. A las 03:36 AM del 20 Ene 2008, Jonathan ó:

    Saludos Matías
    También tengo un lugar así es un deportivo, en ocasiones cuando voy a trotar un poco me quedo en las escalinatas.

    Es en ese momento cuando comienzo a reflexionar de lo que he hecho, trato de encontrar soluciones a lo que me atormenta y me busco.

    Es un lugar tranquilo alejado del bullicio de la ciudad que me da una paz increíble.

  • 11. A las 03:00 PM del 20 Ene 2008, Isa ó:

    Es hermoso ese sitio, aunque más allá de la foto puedo imaginar la paz que transmite, la sensación de no estar que te embargó por unos minutos.

    Acá en vzla, en la universidad donde estudio tenemos un lugar así, se llama la caminería, y es eso, una caminería de piedras donde los árboles nos arropan e increíblemente nos aleja del alboroto de la gente.

  • 12. A las 07:27 AM del 21 Ene 2008, dzáپ ó:

    Nos haces viajar con estas imagenes, profundas e ilustrativas, Matias.
    Te cuento en mi experiencia fuera del pais, disfruto mucho del anonimato, sentarme en algun lugar ver pasar la gente y que mis pensamientos sean los que guien mis pasos mentalmmente, es un placer. En mi pais no puedo hacer lo mismo, somos tan pequeños de extension que siempre te encontraras alquien que te conoce, y te pregunte que haces alli sentado!
    Un abrazo te dejeo.
    Por cierto la semana pasada deje un comentario y se perdio me dio error la pagina de la bbc, y ademas a mi un coleron, en fin ni modo a veces la tecnologia sorprende.

  • 13. A las 09:00 PM del 21 Ene 2008, Dinia ó:

    Yo creo que es mi habitación, ese lugar donde me puedo quedar largas horas sin que nada me interrumpa, porque el teléfono de mi casa no lo tiene mucha gente, apago mi teléfono celular (móvil), y en mi casa mi familia respeta mucho los espacios de silencio -ya no hay niños, hora de descansar-.

    Lugar abierto, no se. Es que me incomoda la soledad cuando todo el mundo está con compañía y me vuelven a ver como bicho raro porque estoy sola.

    El algún momento fue el campus de la Universidad de Costa Rica, en verano. Ya no tengo tiempo de estar por allí.

  • 14. A las 01:36 AM del 23 Ene 2008, Prox! ó:

    Llevo 4 meses en la colonial ciudad de Querétaro, en el bajío mexicano y creo que aún no he encontrado un buen lugar para sentarme. Quizá uno de ellos sea en una plaza comercial con vista a una de las autopistas más transitadas del país o el rincón de la biblioteca en que me encuentro ahora. Siempre me llamó la atención detenerme a mirar ese flujo imparable de automotores sin pensar en absolutamente nada... Aunque creo que esta ciudad tendrá un lugar más especial que un lugar lleno de bullicio y restaurantes de comida rápida. Ya escribiré sobre ello.

    Saludos!

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