El colapso de Federer y la plenitud de Nadal
El colapso de Roger Federer es tan interesante, o más, que la plenitud de Rafael Nadal.
La superioridad del manacorí sobre el suizo en fue tan aplastante, que muchos aficionados, incluso españoles, no disfrutaron tanto como esperaban.
De la calidad de Nadal no cabe ninguna duda, pero sí del estado psicofísico de Federer: ya no es el campeón que todos admirábamos no hace mucho.
Aclaremos que no queremos restar mérito al formidable Nadal, el atleta más convincente de una riquísima generación de deportistas de su país.
Este fin de semana, sin ir más lejos, Fernando Alonso mostró sus condiciones empujando un coche mediocre en el (debió abandonar por un trompo, cuando luchaba por el segundo puesto).
En motociclismo, Dani Pedrosa ganó el Gran Premio de Cataluña.
En baloncesto, el aporte de Pau Gasol ha llevado esta temporada a los Lakers de Los Angeles a disputar la final de la NBA, aunque la serie está favoreciendo 2-0 a los Celtics de Boston.
No cabe duda de que, sin Gasol, los Lakers no habrían llegado a esta instancia.
En la Eurocopa, España comienza el martes 10 su campaña, ante Rusia. Muchos (entre ellos Lalo) la han hecho su favorita, con jugadorazos como Casillas, Ramos, Cesc, Torres, Villa e Iniesta. Ha corrido mucha agua bajo los puentes desde la última vez que un equipo español tuvo tanto talento.
Estos y otros deportistas están marcando una época, y el mejor de todos, sin ninguna duda, es Rafael Nadal.
Pero del manacorí se ha hablado tanto que esta comprobación ya parece reiterativa.
De la decadencia de Federer, en cambio, no se habla mucho porque el suizo es tan bueno que muchos creen que sólo se trata de un mal momento.
Nadal parece un hombre indestructible, física y psíquicamente, pero Federer está flaqueando en uno de los puntos cruciales del deporte competitivo: la mente.
Cada atleta se conduce en este terreno de acuerdo a sus características personales.
En el caso de Nadal, cuando enfrenta la posibilidad de una derrota, su reacción es de indignación frente al adversario. Su lenguaje corporal, sus gestos, la expresión de su rostro, parecen decir "cómo se atreve este insolente".
Su reacción, casi siempre, es positiva: aumenta su concentración mental, su esfuerzo, su precisión.
Federer, en circunstancias similares, ha comenzado ahora a dar una impresión de desconcierto y parece reprocharse a sí mismo.
Su reacción, en estos casos, es negativa: pierde foco y comete muchos errores no forzados.
Al principio de su carrera como profesional, Federer tuvo una "bete noire", que le ganaba siempre: David Nalbandián. Después, en plenitud, fue Nadal.
Ahora son varios los tenistas de primera categoría que se creen capaces de superar en cualquier momento al número 1, porque éste ha perdido la aureola de invencibilidad que tenía hasta comienzos del año pasado.
Este Federer es asequible, si no "fácil", especialmente para un monstruo como Nadal.
Es por eso que el vencedor controló su festejo, dando la impresión de que había ganado un partido más, en vez de igualar el fantástico récord de Borg de cuatro Roland Garros consecutivos.
Es que también fue la final masculina más rápida. Para encontrar una definición de Grand Slam más bochornosa, debemos remontarnos a 1977, también en París, cuando el argentino Guillermo Vilas arrolló al estadounidense Brian Gottfried, 6-0, 6-3, 6-0.
Nadal-Federer fue 6-1, 6-3, 6-0, en 1 hora y 48 minutos. El suizo cometió 36 errores no forzados, contra 7 del español. Federer sólo había perdido sets "a cero" en dos ocasiones anteriores, ambas al comienzo de su carrera, 1999, ante Vincent Spadea y Wayne Black.
Esta derrota es vergonzosa para Federer. El trata de ocultarlo, rindiendo un justo homenaje a su Némesis, pero la procesión va por dentro.
Cuando dos campeones excepcionales coinciden en la misma época y uno de ellos "quiebra" moralmente al otro, éste tiende a desaparecer rápidamente del escenario.
Los grandes campeones no son jornaleros que vayan a los torneos a cobrar los premios. Quieren (además) el honor, el orgullo, la confirmación de su condición de deportistas únicos.
Cuando esta motivación desaparece, el campeón se va a su casa.
Tal como están las cosas, con un Nadal rampante y un Federer desalentado, el suizo también será vulnerable en Wimbledon.
Si pierde el Abierto Británico, Federer pensará seriamente en retirarse.
La gente que lo quiere bien, entre ellos el propio Nadal, le aconsejará que se quede, que luche y que vuelva.
Pero será difícil, muy difícil.
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Lalo:
Así como Ronnie se dosificaba al jugar. Así como Cristiano Ronaldo puede hacerlo para mantener su condicion física e ir al Real Madrid. Cabe la posibilidad de que Federer esté jugando con algo similar:
a) Sabe que una mejor condicion física, le permitiría jugar hasta una edad mayor, y así conseguir records en cuanto a Masters ganados.
b) Juega al desgaste físico: al dosificarse ahora, espera que Nadal no lo haga, y si Rafa sigue jugando a ese nivel, sus rodillas puede que le pasen una mala jugada.
c) Que Roger, sabiendo que Rafa tiene facilidad para la arcilla, no quiso arriesgar mucho, a objeto de jugárselas en torneos que se le presenten mas cómodos: NY y Wimbledon.
d) Como dicen en mi pueblo,¨"por la plata baila el mono": cabe la posibilidad, de que Federer ahora piense en jugosos contratos...
Toda mi vida fuí fan de André Agassi, y luego entendí el porqué eran tan bueno Pete Sampras. No niego de la calidad, velocidad y potencia de Rafael Nadal, pero aún (y creo que se nota en mi comentario) soy partidario de Federer. Y como fan de Roger solo puedo desear 2 cosas:
a) que los tentáculos del dinero no hayan alcanzado este deporte como lo han hecho con el fútbol
b) que Federer vuelva a ganar...
Habrá que ver el factor pista de la tierra batida. Creo que a Federer le falta convencimiento para vencer a Nadal en este tipo de pista.
Ahora bien, desde mi punto de vista y a pesar de que Nadal ha llegado dos veces a la final de Wimbledon, creo que Nadal tiene más difícil llegar a la final en hierba que Federer en tierra. Pero, por otra parte, veo con más posibilidades que Nadal gane a Federer en hierba en una final que Federer a Nadal en tierra. Paradojas de la vida.
Saludos Raúl.
Desde principios de 2007 Federer dio señales de que algo le pasaba. Empezaron a escasear sus tiros de fantasìa, su servicio ya no fue tan atinado, pero sobre todo se incrementaron sus errores no forzados. Por esos dìas decidiò despedir a Tony Roche como entrenador, pareciera que lo culpaba del deterioro en su juego, o al menos porque no descubrìa què le estaba pasando. Muchos pensamos que hacìa bien, que en realidad ni de entrenador necesitaba, tanta era su calidad de tenista. En ciertos momentos dio la impresiòn de que su juego se compondrìa, y aunque perdiò dos veces con Cañas y luego Roland Garros con Nadal, despuès pudo triunfar en Wimbledon y ganò el abierto de Estado Unidos. Y hasta pudo derrotar a Nadal en el torneo de maestros. Pero su juego ya no era el mismo. Y este año se iniciò con derrota tras derrota. Pareciera que no tiene fuerza en su mano derecha, se equivoca con demasiada frecuencia, echa la pelota contra la red, o la saca de la lìnea o incluso a las gradas. Antes su servicio lo salvaba de situaciones comprometidas. Ahora su porcentaje de primeros servicio es muy bajo y el segundo es contestado por el rival con facilidad. En Parìs, con Nadal se ponìa a pelotear esperando que èste se equivocara, y hasta inocente se viò cuando se fue a la red. No sè si su problema sea mental o fìsico, o ambas causas combinadas. Pero ya no es el mismo Federer. Lo siento mucho, porque nunca vi a un jugador como èl, con ese juego clàsico, versatil, bello y poderoso. Deseo que encuentre la causa de su debacle y la supere, y asì poder disfrutar nuevamente del tenis en su màxima expresiòn. Ojalà.
He leido por mucho tiempo tu blog, y me gusta mucho leerlo Lalo, pero me parece que ahora te parcializas demasiado con Nadal, es bueno, el mejor en arcilla desde Vilas, ya que aunque Nadal tenga el record de más partidos ganados consecutivamente, no se iguala a Vilas que no solo lo hizo durante la temporada de arcilla, sino incluyo las otras canchas, que son rápidas, además Federer pertenece a las canchas rápidas, no a la lenta de arcilla, por ello veo que te parcializas demasiado, habrá que ver primero si Nadal es capaz de ganarle en las canchas rápidas a Federer, ya que ahí es donde se sabrá si verdaderamente es mejor que Federer.