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Abramovich ya no sabe qu茅 hacer. Comenz贸 con un t茅cnico complaciente, el italiano Ranieri; sigui贸 con un fanfarr贸n d铆scolo, el portugu茅s Mourinho; luego ensay贸 con otro complaciente, el israel铆 Grant, y ahora apuesta por el latinoamericano m谩s duro de todos.

Duro pero con una diferencia.

Scolari puede ser un ogro con los jugadores, pero sabe muy bien de qu茅 lado calienta el sol y atender谩 con una sonrisa todas las indicaciones del propietario, cuya ambici贸n es que el Chelsea juegue como Brasil y Alemania, si este h铆brido fuera posible.

Arte y fuerza, todo junto. F谩cil, 驴no?

Felip茫o es un misterio. Desde 2001 que dirige seleccionados nacionales, lo cual quiere decir que en estos 煤ltimos ocho a帽os no ha tomado el pulso de un equipo de club, de sus necesidades cotidianas, del vestuario con gente que convive durante toda la temporada, en vez de reunirse de vez en cuando.

Los t茅cnicos suelen pasar sin problemas de clubes a selecci贸n, pero en la otra direcci贸n puede ser m谩s complicado. Tienes que trabajar mucho m谩s, con otros par谩metros, algunos de ellos novedosos para ti.

Dicen que fue un gran entrenador de club, pero muchos tienen dudas.

Al comenzar su carrera, en su pa铆s, mostr贸 una personalidad de capataz de hacienda yerbatera, con gritos, disciplina y juego "en茅rgico", del tipo que no les gusta a los brasile帽os.

Este Felip茫o fue el que se hizo cargo del seleccionado cuando la indisciplina hizo temer que Brasil no lograr铆a clasificarse para el Mundial 2002.

Brasil gan贸 ese mundial, pero la mediocridad de la oposici贸n fue llamativa.

Turqu铆a, que no es una potencia precisamente, lo puso en apuros en el grupo; China y Costa Rica no fueron rivales, ni B茅lgica en octavos; una t铆mida Inglaterra le hizo fuerza en cuartos y otra vez enfrent贸 a Turqu铆a en semis.

Alemania, el otro finalista, fue uno de los equipos de ese origen m谩s d茅biles que se recuerdan.

Y desde entonces, Felip茫o no ha entrenador a equipos de clubes.

Sus antecedentes en este sentido lo pintan como un disciplinario, m谩s Capello que Rijkaard.

Para colmo, nadie sabe qui茅n manda en el Chelsea cuando Abramovich est谩 distra铆do o concentrado en su despampanante compa帽era y la colecci贸n de arte que est谩n creando.

En los corrillos futbol铆sticos de Londres se dice que Peter Kenyon, el director ejecutivo del Chelsea, no pincha ni corta en muchos asuntos importantes, entre ellos la contrataci贸n del nuevo entrenador.

Abramovich es hombre de c铆rculos de amigos, de confidentes y favoritos, que cambian con relativa frecuencia, por razones de lo m谩s caprichosas.

El actual favorito es Vlado Lemic, un agente serbio, 铆ntimo de Piet de Visser, un confidente holand茅s de Abramovich, y de Frank Arnesen, un dan茅s a cargo de los exploradores y de desarrollar el semillero del Chelsea.

Esta c谩bala ha desplazado, tal vez moment谩neamente, al "superagente" israel铆 Pini Zahavi, el hombre que trajo a Mourinho e introdujo a Grant.

Grant era un entrenador de tercera categor铆a, del seleccionado israel铆 y de clubes de su pa铆s. Lleg贸 al Chelsea de la mano de Abramovich, con quien hab铆a entablado amistad, pero a quien no le tembl贸 la mano del cuchillo despu茅s de la final de la Champions, en Mosc煤.

Ahora le toca a un personaje algo m谩s impresionante, un brasile帽o "peso pesado". Se dice que Lemic negoci贸 con Felip茫o, tras la cortina de humo de supuestas gestiones con Hughes, Ancelotti y Spalleti.

Scolari tiene nacionalidad impecable, car谩cter fuerte, experiencia... 驴Qu茅 m谩s?

Bueno, habr谩 que verlo en el campo. Adem谩s de que Felip茫o ha estado "de vacaciones" estos ocho a帽os, los esc茅pticos dicen que es f谩cil jugar bien cuando uno tiene a once internacionales brasile帽os, y que esta generaci贸n de portugueses es la mejor de la historia.

El Chelski es otra cosa.