Las Paulas y los Alonzos de la Olimpiada
Es una historia vieja y a la vez m谩s y menos sorprendente. Un domingo de hace dos olimpiadas me quejaba de que los juegos se hab铆an convertido en negocio y ten铆an menos que ver con el deporte que con el dinero.
Refunfu帽ando y pensando en esas cosas, el martes pasado me acord茅 de Paula Barila Bolopa y de Alonzo Mourning, dos atletas cuyos caminos se cruzaron en Australia y volvieron a separarse para siempre sin que ellos se dieran cuenta.
Las historias de estos atletas en Sydney sirven para ilustrar lo que est谩 pasando en Pek铆n y va a pasar en Londres. Los Juegos Ol铆mpicos, que en el principio sirvieron para exaltar el amor al deporte y el asombro ante la capacidad del cuerpo, est谩n en manos de los concesionarios, los patrocinadores y los anunciantes, y las sumas de dinero que se manejan cada cuatro a帽os son cada vez mayores.
Paula y Alonzo
Paula ten铆a dieciocho a帽os, era nadadora, compiti贸 en los cincuenta metros y lleg贸 en 煤ltimo lugar. Hizo el peor tiempo de la historia. Cuando le preguntaron c贸mo se hab铆a sentido, admiti贸 que nunca pens贸 que cincuenta metros fueran tan largos, porque en su pa铆s -Guinea Ecuatorial- hay s贸lo dos piscinas de veinte metros llenas de turistas.
Lo 煤ltimo -y lo primero- que se supo de ella es que era cajera de un supermercado qui茅n sabe d贸nde. En internet hay cincuenta y cinco mil referencias a su nombre, y al menos en las primeras cinco p谩ginas casi todas mencionan su atrevimiento y el tiempo que le tom贸 consumarlo. No se sabe m谩s.
Alonzo ten铆a veintiuno y ya era millonario porque era basquetbolista profesional en Estados Unidos. Tres a帽os despu茅s de ganar la medalla de oro en Sydney tuvo que someterse a un transplante de ri帽贸n y volvi贸 a jugar como antes, que era como nunca. .
Hay m谩s de seiscientas mil referencias a su nombre en internet y al menos las primeras cinco p谩ginas de Google son de sitios que se refieren a 茅l.
Pero eso es en Google. En el deporte ol铆mpico hay m谩s Paulas que Alonzos.
Par茅ntesis ciclista
La semana pasada, una investigaci贸n del Servicio Mundial de la 大象传媒 dio a conocer documentos que sugieren que los organizadores de un evento ciclista japon茅s habr铆an pagado unos tres millones de d贸lares para que su disciplina se volviera deporte ol铆mpico.
Tanto la Uni贸n Ciclista Internacional como Hein Verbruggen (quien y era presidente de la UCI cuando se produjeron los pagos), sostienen que no hubo nada irregular, y, aunque resulta dif铆cil entender c贸mo se pueden construir pistas con boletos de avi贸n para que Verbruggen volara a Holanda, su pa铆s natal.
Estas olimpiadas llegan a usted por cortes铆a
Los patrocinadores son la gran cosa. Coca-Cola, Atos Origin, GE, Johnson & Johnson, Kodak, Lenovo, Manulife, McDonald's, Omega, Panasonic, Samsung y Visa representan casi novecientos millones de d贸lares para el movimiento ol铆mpico.
M谩s representan la televisi贸n y el radio de aqu铆 y de all谩 pero sobre todo la estadounidense National Broadcasting Company (NBC).
(en realidad mil setecientos treinta y siete millones de d贸lares, pero los treinta y siete millones son poca cosa comparados con el resto), m谩s del doble de lo que costaron los juegos de Atlanta hace apenas doce a帽os.
Una voz del pasado
De los juegos de Sydney vuelve la voz de Glen-Marie Frost, del equipo que organiz贸 la olimpiada:
"No puedes tener los juegos ol铆mpicos sin tener patrocinadores. Te guste o no te guste, es una cosa comercial", dijo Frost a la 大象传媒 hace ocho a帽os.
Frost fue firme. Portavoz en Australia y periodista en Gran Breta帽a conversaban "porque las cadenas m谩s importantes del mundo est谩n pagando miles de millones de d贸lares", y si no hubiera sido por eso "ni siquiera podr铆amos tener este tipo de comunicaci贸n".
Tal vez lo de la comunicaci贸n resulte exagerado. En este nuevo siglo es cada vez m谩s dif铆cil estar ilocalizable.
Pronto habr谩 tiempo de ver a los mejores del mundo sin pensar en las marcas que anuncian, y para investigar cu谩ntas nuevas pistas de ciclismo hay en Guinea Ecuatorial, o qui茅nes fueron .
ComentariosA帽ada su comentario
Tal vez valga la pena que los ejecutivos de las cadenas de TV de mi pa铆s sepan que no me interesa ver ni un minuto de los ol铆mpicos. Tal vez solo la inauguraci贸n y la ver茅 en los noticieros. pero ellos ya me deben tener en su c谩lculos multimillonarios como parte de la gente rara que no siente emoci贸n al ver desga帽it谩ndose a otros.
Pero no siempre es as铆, me gustan los partidos de tenis, f煤tbol y beisbol, tan comerciales como los ol铆mpicos pero menos aburridores por tanto ruido que han creado con Pek铆n (una Pek铆n sucia, corrupta, opresiva que no va con mi mundo ideal)
Buscando En El Pasado
Cuando he leido tu comentario y echado un vistazo a los enlaces me ha venido a la mente la transformaci贸n que han ido experimentando los propios Juegos.
Me he preguntado por qu茅 desaparecieron los JJOO en la Antig眉edad. Los Juegos eran fiestas religiosas, culturales y deportivas que se celebraban en la antigua Grecia en honor a los dioses mayores. Se trataba de ser el mejor, compitiendo en buena lid y sabiendo que los esfuerzos y victorias serv铆an y rend铆an honores a sus dioses, sin premios en met谩lico.
A medida que los Juegos se hac铆an populares y se expand铆an a otros lugares, ser铆a cuesti贸n de extenderse y hablar de Macedonia, Grecia, el Imperio Romano, esos dioses fueron sustituidos por soberanos y dioses humanos y fue as铆 como se fue desvirtuando el primitivo esp铆ritu ol铆mpico.
Pues ah铆 tenemos el motivos de los Alonzos y las Paulas. 驴A qu茅 dioses sirven hoy los atletas? 驴Cu谩les son los dioses o 铆dolos que tenemos? 驴Y qui茅n quiere o desea el esp铆ritu ol铆mpico? Nadie. S贸lo dinero y vanagloria para que el mundo entero sepa que uno es el mejor. Los primitivos atletas no recib铆an dinero, (驴una manzana o una rama de olivo?) y sab铆an que no eran los mejores, (porque los mejores eran los dioses mayores)
El esp铆ritu es dif铆cil de definir, pero si echamos un ojo a la amistad que forjaron Jesse Owen y Lutz Long a partir de los JJOO de Berl铆n en 1936 y el uso que Adolf Hitler hizo de ellos, barbaridades aparte, podremos comprender lo que es esp铆ritu ol铆mpico y lo que es el manejo pol铆tico y econ贸mico y el individualismo que prima hoy no s贸lo en los Juegos.