Esta semana cometimos un error, o quiz谩s varios, pero nos dimos cuenta de uno que nos hizo sonrojar a todos en la redacci贸n.
Y nos dimos cuenta porque nos lo dijeron en una columna de opini贸n que publica esta semana la .
Pero dejemos en claro algo. No mentimos, nos equivocamos. Y nos equivocamos en el t铆tulo y en la selecci贸n de una de las fotos, algo que se hace en la redacci贸n y no en el terreno en el que la corresponsal trabaja.
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Coment谩bamos en nuestra redacci贸n de Miami la facilidad con la que muchos medios estadounidenses repiten en sus informes sobre la violencia del narcotr谩fico a ambos lados de la frontera que M茅xico es un "estado fallido".
La frase comenz贸 a ser usada en la prensa de este pa铆s tras la difusi贸n a fines de 2008 de un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos
Si bien el documento dice que M茅xico podr铆a convertirse en un estado fallido debido a la narcoviolencia, algunos medios utilizan el concepto con tanta frecuencia que para muchos ya se convirti贸 en una realidad y ni siquiera se cuestiona el significado de estas palabras.
Pero, 驴Qu茅 abarca esa denominaci贸n? 驴Por qu茅 se emplea ese t茅rmino indiscriminadamente? 驴Puede un estado fallar en algunas 谩reas y en otras no? 驴Puede un estado ser fallido de forma temporal o para entrar en esa categor铆a las fallas deben ser permanentes?
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(y de nuestro especial de esta semana)
El sistema financiero mundial intenta levantarse entre los escombros de su propia avaricia, aumenta el desempleo y generamos cada vez m谩s basura, no hay m谩s guerras de puritita casualidad, los narcos se comen el continente americano y seguimos empe帽ados en empujar el planeta hacia el precipicio del calentamiento global...
La verdad es que hace rato que dejamos de ser fuente de buenas noticias para las dem谩s especies que se han visto obligadas a compartir el planeta con nosotros y que deben lamentar, un谩nimemente, que est茅n a cargo del reino de este mundo unas criaturas que dejan tanto que desear.
Los dem谩s animales se preguntar谩n, quiz谩s, c贸mo llegamos los seres humanos a apoderarnos del tim贸n del planeta de manera tan contundente y (por ahora) definitiva.
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Seamos francos. En la mayor铆a de los medios de comunicaci贸n que revis茅 la semana pasada hab铆a cierto tono de alegr铆a por la decisi贸n de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir una orden de arresto internacional contra el presidente de Sud谩n, Omar al-Bashir.
Y es que cuando surgen fallos como este, en las salas de redacci贸n se suele generalizar el sentimiento de justicia que produce una orden de captura por cr铆menes de guerra y de lesa humanidad. Es dif铆cil evitarlo.
Pero hay matices. Y gracias a trabajar en el Servicio Mundial de la 大象传媒 es m谩s f谩cil verlos porque el edificio en el que estamos en Londres es, literalmente, lo m谩s cercano que conozco a la torre de Babel.
En los pasillos me encontr茅 con colegas 谩rabes y africanos. Estaban indignados, pero no defend铆an a al-Bashir.
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Esta semana, la noticia que m谩s me hizo reflexionar fue sobre algo que ocurri贸 en el oriente de Inglaterra, pero que en realidad podr铆a haber pasado en cualquier otro lugar.
Una adolescente de 16 a帽os en Clacton, Essex, escribi贸 en su p谩gina de Facebook que su trabajo era aburrido. Su compa帽铆a la despidi贸 .
La chica, que se llama Kimberley Swann, dijo que la empresa se hab铆a comportado de forma degradante al despedirla. Pero la compa帽铆a argument贸 que el comentario de Kimberley implicaba una falta de armon铆a interna que no se pod铆a tolerar en una empresa peque帽a. Kimberley llevaba tres semanas trabajando all铆.
Obviamente, nadie en la empresa se habr铆a enterado de lo que opinaba Kimberley sobre su trabajo si ella no le hubiese dado acceso a su p谩gina de Facebook a sus reci茅n adquiridos colegas.
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