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La tentación del yo

Max Seitz | 2013-04-23, 12:59

Camarógrafo de la ý

Vivir la noticia suele poner a los periodistas bajo los reflectores.

Quiero hablar exclusivamente del papel que ocupa el yo en el periodismo.

(Mientras escribo, un colega bromea por el hecho de que yo, un argentino, termine hablando de este tema. Pero les prometo que la reflexión va en serio).

No cabe duda de que el periodismo ha cambiado. Y muchísimo.

Además de los medios de comunicación clásicos, alimentados por periodistas predominantemente tradicionales, están los blogs y las cuentas en redes sociales como Twitter que buscan informarnos de una manera más dinámica y personal, y que solemos usar como fuentes.

Podría decirse, someramente, que la diferencia entre los primeros y los segundos es que unos continúan siendo algo formales e impersonales (hay excepciones, claro) y otros tienden a ser más informales e individuales (también en este caso hay ejemplos que se apartan de la regla general).

Me explico. En los que llamamos medios tradicionales, el yo suele verse en columnas de opinión, blogs de los redactores y editores, o crónicas en primera persona, y menos quizás en las noticias cotidianas, como si existiera una especie de represión en la agenda informativa.


Sigmund Freud

¿Se imaginan qué diría Sigmund Freud del ego de los periodistas?

Mientras que en los blogs independientes y en Twitter, la persona que "postea" sobre hechos noticiosos suele tener un rol más preponderante, porque -sobre todo en el caso de los tuiteros- la limitación de caracteres favorece las "impresiones" de la realidad.

En ambos casos, aun con sus diferencias, existe el riesgo de la autopromoción y el prejuicio: cuando el yo tiene tanta presencia, el interés propio y la opinión sin sustento pueden suplantar a la función básica de informar (cuando esa es la intención declarada, claro).

Recuerdo a un profesor universitario en Buenos Aires que, en su primer día de clases, siempre les preguntaba a los estudiantes de comunicación social: "Y ustedes, ¿por qué quieren ser periodistas?". Unos respondían que aspiraban a ser reconocidos, sin más. Y otros, vagamente, que querían informar.

"¿Y cuál creen que es, en el fondo, la función del periodismo?", insistía el docente.

Y antes que pudieran responderle, el profesor apuraba su aclaración. Es inevitable el compromiso personal en esta profesión -decía-, ya que somos individualidades interpretando y tratando de contar la realidad, pero la labor ineludible del reportero, su Norte, es prestar un servicio: ayudar a que la audiencia entienda mejor su entorno y el resto del mundo.

Ésta es la columna vertebral del periodismo -sostenía- y lo que define los límites del yo.
En ý Mundo también lo entendemos así y para ello hemos elaborado un decálogo sobre cómo debe ser nuestro contenido.

En él decimos que el sello y el estilo personal ayudan a contar mejor una noticia, y el reportero no tiene por qué evitarlos. Al contrario, ambos son recursos válidos para animar el contenido, para volverlo más humano y más cercano al público.

Siempre y cuando no dejen de lado la información básica y el contexto. Si no, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué aporta una visión individual sin "cuerpo"?

Por ejemplo, lo personal estuvo presente en ý Mundo en coberturas como la del mordisco del delantero uruguayo Luis Suárez, el conflicto poselectoral en Venezuela y la muerte del polémico general paraguayo Lino Oviedo.

Parece obvio lo que digo aquí, pero es oportuno debatirlo cuando la audiencia exige cada vez más que vivamos las noticias.

Reitero: el yo no tiene por qué ser reprimido (siguiendo a Freud), pero tampoco hay que subestimar aquello que le da sentido a su presencia: el servicio al lector.

Si no, el contenido termina convirtiéndose en un simple masaje al ego.

Después de esta reflexión, ¿hay algo que tu yo quiera decirle al mío?

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ComentariosAñada su comentario

  • 1. A las 05:53 PM del 23 Abr 2013, Mariano ó:

    Es increíble como la gran mayoría de los argentinos se las ingenia para meter en todas partes a Freud, acá en el país un psicoanalista es palabra mayor, es un intelectual de primera linea, es un opinologo respetable en todo, en cualquier tema. Ya se ha demostrado que fue un viejo charlatán, sus mentiras y demás, pero en mi país nadie se entero, en la facultad de psicología de la UBA (debería llamarse de psicoanalis) hay toneladas de libros de este señor que son obligatorios leerlo como si no existiera nada mas que el, parece que van a existir mas argentinos escribiendo este tipo de artículos.

  • 2. A las 07:42 AM del 24 Abr 2013, Marceline ó:

    Creo que el YO siempre ha existido, sobre todo en el ámbito del periodismo. Sé que ahora más que nunca con las redes sociales estamos sobreexpuestos a este tipo de parcialidad de manera individual no obstante no es diferente al YO que por ejemplo representa la ý, CNN, DW, Al-jazeera o la NHK, que como empresas en su totalidad representan una ideología. En el caso de las primeras, una ideología occidental además de sus propios intereses. Así que nada realmente ha cambiado, quizás el número de periodistas o pseudo periodistas que puede ser medido por la gente fácilmente por lo que representan, así como por su ideología. Porque nadie aquí es totalmente parcial por más que lo intente. Para finalizar simplemente al redactor de este blog y a todos aquellos "Yos" que se llaman periodistas les recomiendo lean Whose side are we on de Becker -1967 por si no lo han hecho o si ya lo hicieron y no lo tienen muy presente, y si es que sostienen la preocupación de ejecutar su oficio de manera responsable.

  • 3. A las 03:38 AM del 25 Abr 2013, Milena González ó:

    Los periodistas de la ý y sus ejecutivos demuestran un yoísmo sin límites, propio de la mentalidad del colonizador inglés que se manifiesta en el tratamiento noticioso de la agenda latinoamericana.Lo curiso es que después que dejan de trabajar allí, vuelven a ser personas "normales", es decir, no se preocupan por ser sino por estar. Los comunicadores de esa agencia no deben olvidar sus clases de periodismo, en ese oficio lo más importante es el otro, la gente, la significación social de una noticia.

  • 4. A las 06:36 PM del 25 Abr 2013, Walter Matías Paternoste Canteros ó:

    A través del ratón, del ratón con casi permamente flechita, Microsoft entra en mi cerebro. Para qué. ¿Ustedes saben?. Saludos.

  • 5. A las 12:08 PM del 27 Abr 2013, Federico ó:

    (No se si interpreto correctamente la idea el artículo).
    El tema del YO del periodista se ve claramente cuando quiere ser más importante que el entrevistado, y esto se observa claramente cuando:
    1. No deja hablar al entrevistado.
    2. En vez de preguntarle al entrevistado lo que la gente quiere saber, trata de meterle chicanas para hacerlo equivocar.
    3. Trata de crear noticias donde no existen.
    4. Trata de ser más importante que la noticia.
    5. Exige tener la razón por sobre la realidad y la verdad del hecho.
    Es te SuperEgo periodístico se suele basar en una franca incapacidad y bajo nivel profesional.
    Y lo mas alarmante es que este tipo de periodistas se están multiplicando porque son útiles para los medios relacionados con el poder porque son fácilmente manipulables.
    Los buenos periodistas no cumple con las actitudes de los 5 puntos mencionados y son muy peligrosos para los medios vinculados con el poder porque transmiten la verdad y la realidad al público.

  • 6. A las 09:30 AM del 01 May 2013, KNTRO ó:

    Creo que para que el "yo" obtenga reconocimiento, lo que primero debe generar es el "qué". Es decir, no hay autor de una noticia si no hay noticia. Dicho en otras palabras: la noticia es más importante que quien la dice.

    Pero, si con el tiempo, ese "yo" comunica muchos "qué" importantes, entonces, llega un punto en el que el "yo" se vuelve casi tan importante como el "qué". Es lo que usualmente se llama "prestigio".

    Permitime poner un ejemplo: Jorge Lanata volvió a destapar otra olla de la corrupción argentina, en un programa político de televisión abierta; programa que terminó siendo lo más visto de la semana, superando al fútbol y a los programas de entretenimiento. Entonces, algo está pasando: y lo que está pasando es que el "qué" es tan importante y tan impactante que es muy difícil esquivar la pregunta "¿quién publicó esta tremenda noticia?". La pregunta del "qué" se vuelve al "quién", al "yo", porque no iba a ser lo mismo si esa noticia la publicaba otro periodista. Por varias razones: porque Lanata es uno de los 5 periodistas más reconocidos del país, porque es uno de los pocos que se maneja con suma libertad y valentía, y porque, en todo caso, no sería la primera vez que el "qué" termina causando tal alboroto, que se torna imposible no reconocer dicha labor periodística y de investigación.

    Por lo tanto, y con esto concluyo: el "yo" en la mayoría de los casos es prescindible —incluso en casos como The Economist, en donde nadie firma las notas— pero en las noticias más fuertes —esas en las que nadie se atreve a afirmar que lo que está diciendo sea cierto, en donde los verbos en tiempo condicional sobran—, es necesario que el "yo" salga a respaldar y a hacerse cargo de lo que dice.

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