Reclusos en una prisi贸n cubana durante un acto cultural. (Foto: Raquel P茅rez)
Apenas se supo la noticia del
indulto de 2900 presos un amigo revolucionario me advirti贸 que "la calle se va a poner mala" y la disidencia lament贸 que "la decisi贸n del gobierno de Cuba haya sido tan limitada". La controversia despert贸 mi inter茅s y sal铆 a buscar a los excarcelados.
Haber conversado un rato con 3 de ellos no me da ning煤n par谩metro estad铆stico pero es suficiente para hacerme pensar que no necesariamente todos estos hombres y mujeres saldr谩n a la calle a repetir los delitos que realizaron en el pasado.
Me sirvi贸 tambi茅n para preguntarme hasta qu茅 punto es justo mantener encerrado a un hombre de 36 a帽os, casado y convertido en la prisi贸n en T茅cnico "A" en electricidad de montajes, por un delito que cometi贸 cuando era un adolecente de 17 a帽os.
Seguramente algunos de los indultados no podr谩n reinsertarse en la sociedad y volver谩n a delinquir pero eso no puede servir como argumento para que se les niegue a todos los dem谩s la posibilidad de tener una segunda oportunidad.
Es que las prisiones no deber铆an servir como castigo sino como lugar de reclusi贸n para aquellos que son incapaces de vivir en sociedad sin hacer da帽o al resto. Bajo ese criterio no se justifica mantenerlos tras las rejas cuando ya no representan un peligro.
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Rueda de prensa (Foto: Raquel P茅rez)
"No me interesan mucho las cifras", es una frase aceptable en boca de un poeta o de un pintor pero cuando la dice un funcionario ligado al comercio exterior en medio de una conferencia de prensa, el asunto se torna preocupante.
Pero este pol铆tico cubano no s贸lo se niega a hablar de n煤meros, tampoco menciona el nombre de los pa铆ses a los que Cuba exporta servicios y nos recomienda buscar la informaci贸n en el noticiero de la TV y en la Oficina de Estad铆sticas.
Nos dice que "en el 2010 mejoramos respecto al 2009, pero al hablar de mejoramiento nosotros queremos mejorar m谩s y m谩s y mucho m谩s porque a veces los valores est谩n mejores pero hay que crecer en valores y en cantidades porque las cantidades mejoran los valores".
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"Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana",
Jos茅 Artigas
Leyendo un an谩lisis cient铆fico sobre los 贸rganos de poder en Cuba me vino a la cabeza una frase de Tom谩s Guti茅rrez Alea, "Tit贸n", quien, desde su 贸ptica de cineasta, defin铆a al socialismo como un buen gui贸n con una p茅sima puesta en escena.
Pero no voy a hablar de las ideas del director de "Fresa y chocolate" sino del licenciado en Derecho Julio Cesar Guanche, autor de innumerables ensayos e investigaciones y asesor de Alfredo Guevara, Presidente del Festival de Cine de La Habana.
Evidentemente el investigador es una voz de izquierda pero logra desarrollar una gran objetividad cr铆tica en su estudio sobre "La participaci贸n ciudadana en el Estado cubano", donde analiza el proyecto original y su posterior aplicaci贸n pr谩ctica.
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Gladys Bejerano, Contralora General de la Rep煤blica de Cuba. (Foto: Raquel P茅rez)
El Presidente Ra煤l Castro acaba de elogiar el trabajo de la Contralor铆a General de la Rep煤blica en su lucha contra la corrupci贸n y no es para menos, siempre existieron estafas pero nunca se hab铆an "destapado" tantas como en los 煤ltimos a帽os.
Decenas de directivos, dirigentes y empresarios (nacionales y extranjeros) han ido a parar a la c谩rcel. El efecto m谩s evidente de esta pol铆tica es una contracci贸n del mercado negro que perdi贸 a algunos de sus m谩s destacados proveedores.
Y aprietan a煤n m谩s la tuerca al cuestionar la supuesta ineficiencia de la burocracia. Castro hizo responsable a cada dirigente de lo que ocurre en su sector, "quien no pueda hacerlo que lo diga porque no vamos a permitir que se cometan una y otra vez los mismos errores", les dijo.
Sin embargo, a pesar de la presi贸n legal, los ladrones no pueden parar. "S茅 que me esperan a帽os de prisi贸n pero si ahora me salgo no podr铆a tapar los negocios que ya he hecho y adem谩s el nivel de vida de mi familia se vendr铆a abajo", coment贸 uno de ellos.
Entre los mecanismos preferidos de Cuba para evitar la corrupci贸n est谩 la centralizaci贸n, pero una dosis exagerada de esa medicina lleva a la paralizaci贸n de la actividad econ贸mica, tal y como ocurri贸 con la extinta cuenta 煤nica de divisas.
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Cubanos subiendo a un tren. (Foto: Raquel P茅rez)
La reforma del decreto que limitaba la migraci贸n desde las provincias hacia la capital parece un paso en la direcci贸n correcta aunque a煤n no termina de responder al esp铆ritu de la Constituci贸n que da derecho a los cubanos a domiciliarse donde lo estimen conveniente.
De todas formas hay que reconocer que es bastante m谩s flexible que el anterior decreto, cuya aplicaci贸n se dice que provoc贸 la deportaci贸n de decenas de miles de ciudadanos a sus lugares de origen, en su mayor parte en las provincias orientales.
Los recuerdos que tengo de aquellos d铆as no son buenos, corriendo de un lado a otro para cubrir los desalojos de familias "ilegales". En el Diezmero los vecinos se opusieron y la polic铆a se retir贸 dejando atr谩s una puerta rota, los muebles bajo la lluvia y los ni帽os llorando.
"Nos dicen que somos ilegales, nosotros no somos ilegales en nuestro propio pa铆s", me dijeron. Pens茅 que ten铆an raz贸n legal y moral porque vienen de las provincias orientales, son los nietos de los hombres y mujeres que m谩s decididamente lucharon contra la dictadura de Batista.
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